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Arte en la Chile
Revista de la Facultad de Artes
REPORTAJE
desarrollen espacios con contenidos
que quizás antes ignoraban. Al mismo
tiempo, permitió que surgieran medios
más pequeños y específicos que no
necesariamente se rigen por lasmismas
reglas”, dice Alarcón. Y añade: “creo
que esto es especialmente evidente en
el caso de la música popular, donde
internet ha sido fundamental para su
difusión. Está, también, el consabido
rol de las redes sociales. Hoy es difícil
que un músico o un actor, por ejemplo,
no difunda sus actividades a través de
estas plataformas”.
De todas maneras, el conductor del
programa Radiópolis afirma que no
es “tan entusiasta”, pues asegura que
“se facilitó el flujo de información, pero
eso provocó que haya demasiada
circulación que no siempre es rigurosa
y confiable. Una cosa es que exista la
posibilidad, otra es que se aproveche,
pues hay ciertas pautas que siguen
marcando los medios tradicionales”.
Desde el punto de vista del profesor
Santa Cruz, el problema de la
utilización de estas tecnologías y la
hiperconectividad es la segmentación,
puesto que “reafirma la tendencia de
la sociedad contemporánea: la pérdida
de visiones globales”.
En ese contexto, de la Sotta cree que
el mayor aporte que puede hacer un
medio es identificar las fuentes verda-
deramente autorizadas y darles tribu-
na en virtud de su actividad pensante y
creativa. “Cuando logras hacer eso en
el ámbito cultural, tanto el lector nova-
to como el lector especializado reco-
nocen esa realidad que les muestras.
A mi juicio, el periodismo cultural es
un acto de justicia: si investigas y pre-
paras bien las entrevistas, si escuchas
al consultado, si tú mismo consumes
cultura, los artículos pueden restituir-
les, tanto a los artistas y creadores
como a los cultores de nuestro patri-
monio, su vínculo con las audiencias y
comunidades”.
El caso de las radios universitarias es
distinto a las empresas de comunica-
ciones conocidas, pues están al ale-
ro de las casas de estudios y por lo
mismo tienen “otras formas de traba-
jo y probablemente con más espacio
a temas culturales”, sostiene Rodrigo
Alarcón, periodista de Radio Universi-
dad de Chile, quien considera que en
el país “hay muchísimas radios de dis-
tinto tipo, aun cuando sea un mercado
bastante concentrado”, dice. “Hay al-
gunas, las que tienen departamentos
de prensa, donde hay secciones de
cultura que hacen un buen trabajo.
Informan hasta de ópera. Pero mu-
chas veces esas secciones también se
mezclan con mera farándula, tenden-
cias y otros asuntos por su línea edito-
rial”, explica.
Segregación cultural
e informativa: ¿una
consecuencia de
Internet?
Un salvavidas para el arte en la prensa
es la inmensa gama de sitios online
que han potenciado sus contenidos.
Esto ha significado que “los grandes
medios tradicionales, por ejemplo,
“La segmentación hace difícil
el desarrollo de miradas más
totalizadoras que den cuenta de la
realidad social y cultural de manera
completa, que puedan difundir visiones
más críticas de la sociedad. Queda
cada segmento aparte con su mundo
y la información totalmente separada”,
cuenta el también periodista. Y agrega
que Internet hace cada vez más
difícil la articulación social. “La hace
más rápida, los contactos los hace
más veloces, pero tiende a dirigirse
y a construir grupos cada vez más
pequeños”.
Esta segmentación se vería limitada
con mejor educación, afirma el aca-
démico Enrique Matthey. Sobre todo,
señala, “porque el ámbito del arte es
fundamental para el desarrollo de una
sociedad pues es como aprender un
nuevo lenguaje que por lo tanto mejo-
rará la calidad de vida”. Y agrega que
para que el arte tenga mayor presen-
cia, “nos tenemos que remitir al cole-
gio desde que somos niños. Eso en
una sociedad neoliberal como en la
que vivimos no es algo que importe,
estamos muy lejos de lograrlo. Para
llegar a ser un país desarrollado el arte
tiene que entrar desde que somos pe-
queños”, concluye.
Fotografía: Alejandra Fuenzalida, fotógrafa Dircom Universidad de Chile.