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Diciembre 2015 - Enero 2016 / Nº 13 / El Paracaídas
enseñanza media, ampliar la oferta de
programas de magíster en educación,
crear un doctorado en la materia,
constituir el Programa de Forma-
ción de Mentores de la Universidad
de Chile, diseñar el Plan Nacional de
formación a encargados públicos de
convivencia escolar, un mayor apoyo
a la Red de Investigadores en Educa-
ción del Campus JGM y el avance del
PEC hacia un Centro de Educación
Continua para el Magisterio, entre
otras. Además, una misión clave será
trabajar en red con las universidades
estatales que imparten pedagogía.
Teresa Flores, de la Red de Investiga-
dores, explica que si bien uno de los
objetivos principales de la Universidad
debe ser aportar a las políticas públi-
cas en educación y en especial para la
educación pública, la responsabilidad
parte también “por instalar otros dis-
cursos investigativos en relación con la
educación que vayan más allá de esta
investigación que tiende a predominar
en el discurso público, muy ligada y
funcional a la política educativa, o muy
ligada también al tema de perspectivas
de efectividad escolar o rendición de
cuentas o que tienden a simplificar la
realidad educativa”.
Para el decano Aceituno, la Univer-
sidad puede, en este contexto, “hacer
las dos cosas: tener una posición críti-
ca por una parte y por otra promover
el fortalecimiento de las instituciones
del Estado en lo que se refiere al ám-
bito educativo”, teniendo como norte
la transformación del actual modelo,
desde una posición de autonomía y
con un planteamiento constructivo
pero crítico.
Es así como “esta reforma al conjunto
de la educación requiere particular-
mente que la Universidad de Chile,
por el lugar que ella tiene, se equipe
mejor para colaborar, para participar
en las demandas que van a generar en
la práctica las reformas que empiecen
a aplicarse”, destaca Iván Núñez.
Para Rosa Devés, a pesar del reto
que propone la creación del PTE, la
Universidad tiene la “capacidad para
abordar exitosamente este desafío,
que es posiblemente lo más noble que
se puede hacer por un país. Ahora
debemos trabajar sistémica y articu-
ladamente por esta transformación”.
“Si el PTE no es sólo un desarrollo
vegetativo de las capacidades que tie-
nen los departamentos y las faculta-
des”, finaliza Águila, “debiera existir
un plan especial que permitiera que
en cinco años nosotros tuviéramos el
conjunto de todas las carreras pedagó-
gicas”, entre ellas en educación física
y en educación intercultural. Queda
el desafío entonces que para el 2020,
cuando Yamilet termine su carrera de
Pedagogía en Educación Parvularia,
la Chile haya cumplido este linea-
miento, para que “empiece a impactar
tanto cuantitativamente como ya lo
está haciendo cualitativamente en la
formación de profesores”.
Iván Núñez, Premio Nacional de
Educación 2015, recuerda lo que
fue la Universidad de Chile para el
sistema educacional hasta 1981:
“Era un foco, la columna vertebral,
no sólo en el sentido que producía
profesores para la educación
secundaria, sino que producía
también otros especialistas que
requería el sistema educacional,
como orientadores, y al mismo
tiempo hacía investigación”.