A 50 años de la muerte del arquitecto y pensador
Por Ana Rodríguez S.
Fotos: Gentileza Miguel Lawner / Revista AUCA
Pocos saben que quien
revolucionó los paradigmas de
la arquitectura mundial en el
siglo XX tuvo también ideas para
proyectar en nuestro país, como
un plan regulador para Santiago
y también para Chillán y
Concepción. En agosto, a medio
siglo de su partida, un grupo de
académicos de la Facultad de
Arquitectura planea traer parte
de su legado hasta Chile.
E
l 24 de enero de 1939,
cuando Pedro Aguirre
Cerda no llevaba ni un
mes de presidente, un
fuerte terremoto dejó en el suelo
la ciudad de Chillán y sus alre-
dedores. Junto con la presidencia
del Frente Popular, una pléyade
de arquitectos seguidores del
movimiento modernista habían
entrado al gobierno. Uno de
ellos fue Enrique Gerhard.
Meses antes del desastre natu-
ral, Gerhard había empezado
a establecer una relación con el
arquitecto, pensador, ingenie-
ro y pintor suizo nacionalizado
francés Le Corbusier. En octu-
bre de 1938 le pidió al arquitec-
to Roberto Dávila y al médico
cirujano José García Tello que
contactaran a Le Corbusier. Su
objetivo era entablar una re-
lación con él para pedirle que
elaborara el Plan Dictador de la
ciudad de Santiago.
Hechas las primeras gestiones
y ya Le Corbusier embarcado
en el proyecto, Gerhard, en una
de las primeras cartas que le di-
rige en junio de 1939, escribe
que su motivación “concordaba
con una vieja aspiración, apro-
vechando una situación política
oportuna”. Aceptadas las condi-
ciones al contrato que ponía Le
Corbusier, escribe Gerhard, “los
acontecimientos se precipitaron:
vino el terrible terremoto y luego
vuestro gentil ofrecimiento para
hacer los planos de la ciudad de
Chillán y de Concepción”.
Gerhard, representante oficial
de la municipalidad de Santiago
para tramitar el viaje de Le Cor-
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Nº 10 / Agosto 2015 / El Paracaídas