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a tono con otras leyes de identidad de

género de América Latina, como la de

Argentina y Uruguay, al reconocer la

identidad de género como un derecho

en general, más holístico, no solamente

el cambio de nombre y de sexo”, afirma.

Pese a ello, se sigue manteniendo la ló-

gica binaria de hombre o mujer como

únicas categorías de sexo registral, lo que

otros países como Alemania ya han re-

suelto con la posibilidad de inscribir un

tercer sexo ni masculino ni femenino.

Una de las mayores preocupaciones para

Fabiola Lathrop es que se logre ingresar

la indicación que modifica la entidad

competente para realizar la solicitud de

cambio de nombre y sexo que, tal como

se presentó el proyecto, serían los Tri-

bunales de Familia. Lo que la abogada

plantea, al igual que gran parte de las

organizaciones transgénero, es que

se reemplace por el Registro Ci-

vil, es decir, por vía administra-

tiva en vez de judicial.

El argumento es muy sim-

ple, si la identidad de gé-

nero es un derecho, “el Es-

tado tiene que estar lo más

ausente posible. El cambio

de tu nombre y de tu sexo no

tiene por qué pasar por un juez,

salvo cuando se trata de niños”,

postula la Doctora en Derecho.

Andrés Rivera, abogado consultor in-

ternacional en Derechos Humanos y

activista trans, fue uno de los redac-

tores del proyecto de ley. A su juicio,

el proceso avanzó considerablemente

mientras era presidente de la Comi-

sión de Derechos Humanos el senador

Manuel Antonio Matta (DC), hasta

diciembre del año pasado. Sin embar-

go, al llegar a ese puesto la senadora

(UDI) Jacqueline Van Rysselberghe

su tramitación se ha dilatado. “Ella ha

manifestado públicamente que las per-

sonas trans son raras y es abiertamente

contraria al proyecto”, asegura Rivera.

Fabiola Lathrop comenta que cuando

fue invitada a la Comisión de Derechos

Humanos a exponer, Van Rysselbergue

no era parte de la comisión y fue de

oyente y opinó. “Ella es muy contraria y

tiene una especial fijación por este pro-

yecto”, asegura. De hecho, de las 149 in-

dicaciones que se han ingresado hasta el

1 de junio para realizar modificaciones

al proyecto, la primera de ellas corres-

ponde a la solicitud de la senadora de

suprimir el Artículo 1°, que reconoce el

derecho a la identidad de género.

Según explican los abogados, si no exis-

te la voluntad directa del Ejecutivo, si la

presidenta Bachelet no pone urgencia o

suma urgencia al proyecto de ley, es fa-

cultad de la presidenta de la comisión, la

senadora Van Rysselberghe, ponerlo en

tabla o no. En ese sentido, para Andrés

Rivera, la mención de la presidenta el 21

de mayo de estar “trabajando en indica-

ciones” no es una señal de compromiso.

Paula Dinamarca es protagonista de

la premiada película nacional “Naomi

Campbell”, codirigida por Nicolás Vi-

dela y Camila José Donoso. La cinta,

una mezcla de documental y ficción,

aborda la vida de una mujer transexual,

personaje de Paula, que acude a un

casting de televisión de un programa

de cirugías plásticas como la única al-

ternativa para obtener su operación de

cambio de sexo.

Para Paula, la Ley de Identidad de Gé-

nero es una demanda “tremendamente

sentida”. Gracias a ella, “la masa va a

empezar a absorber que nosotras ya te-

nemos reguladas nuestras identidades y

eso nos va a llevar a un cambio cultural,

a un respeto y a una despatologización

de la transexualidad”. Por lo pronto, la

Comisión de Derechos Humanos

del Senado amplió el plazo para

presentar indicaciones al proyec-

to de ley, por sexta vez, hasta el

24 de junio.

LA PUNTA DE

LANZA PARA LA CHILE

Todos y todas las entrevistadas

de este reportaje coinciden en

que el cambio cultural que la so-

ciedad requiere pasa por la educa-

ción en sus distintos niveles, en el mo-

delo de sociedad que se construye desde

las

aulas.Un

debate ausente en la reforma

a la educación que se centra en la calidad

medida a través de las cuestionadas prue-

bas estandarizadas. Mara Villarroel, sin

querer, se convirtió en “la punta de lanza”

para el Departamento de Estudios Pe-

dagógicos (DEP), de la Facultad de Fi-

losofía y Humanidades, donde también

estudia para ser profesora.

Adrián Baeza, encargado de la formación

especializada en lenguaje y coordinador

de prácticas que trabajó directamente con

En el DEP no conocían

los aspectos legales en torno

al uso de su nombre social, no había

antecedentes previos ni información al respecto.

“Institucionalmente la Universidad de Chile

no se había planteado esto antes. Esto será

un aprendizaje para todos nosotros”,

afirma Adrián Baeza.

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El Paracaídas / Nº 8 junio 2015