Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  13 / 56 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 13 / 56 Next Page
Page Background

La regulación de la desobediencia de los cuerpos

SER EL OTRO:

La lucha por el

derecho a la identidad de género

Hace semanas Chile se remeció con el testimonio de una niña de cinco años, emitido por el programa

Contacto, que aseguraba no ser el hombre que su cuerpo aparentaba. Al caso se sumaron muchos

más que comenzaron a salir a la luz. Desde mayo del 2013, el Senado tramita un proyecto de ley

que reconozca la identidad de género como un derecho, iniciativa que la presidenta Bachelet dijo

estar trabajando en sus indicaciones. En la Chile, una estudiante trans de pedagogía acaba de lanzar

un poemario que visibilizó su caso y abrió desafíos sobre cómo enfrentar la transexualidad en la

Universidad y en la sala de clases.

Por: Natalia Sánchez M. / Fotos: Felipe PoGa y Alejandra Fuenzalida

M

ara está feliz y se le nota. Aunque mantiene

cierto pudor al hablar de sí misma, muestra

con facilidad su sonrisa de dientes grandes

que corrige con un tratamiento de ortodon-

cia. Tras esos anteojos de marco negro, unas

pestañas largas enmarcan un cierto brillo en sus ojos al hablar

de “suceder mujer”. Pero no siempre fue así. Su seguridad no

llegó de un día para otro, porque Mara no siempre fue Mara.

De hecho, legalmente aún no lo es.

Cuando Mara Rita Villarroel ingresó a estudiar Licenciatura

en Lenguas y Literatura Hispánica en la Facultad de Filo-

sofía y Humanidades de la Universidad de Chile el 2009, no

lucía como hoy. Fue recién a finales del 2012 cuando se dijo

que “el mundo no es el problema, el problema soy yo”. Acudió

al Servicio Médico y Dental de los Alumnos (Semda) para

recibir atención psicológica y así comenzó su aceptación de

mujer transgénero. Partió con el tratamiento de hormonas

para suprimir testosterona, aplicó depilación láser para elimi-

nar su barba y perfilar sus cejas y poco a poco empezó a vivir

su verdadera identidad de género.

En 2013, con la asesoría de la Asociación OTD Organizan-

do Trans Diversidades, comenzó el proceso para realizar la

demanda de cambio de nombre y sexo, obtuvo su informe

psicológico y la información para atenderse en el servicio pú-

blico a través de Fonasa.

-Fue un año medio perdido porque me vinieron muchas cri-

sis. Me iban a echar de la casa, empecé a contar que era trans,

empecé a usar el nombre Mara aún barbuda- reconoce.

A pesar del apoyo que encontró entre sus amigos y profesores

de la facultad, su tránsito no estuvo exento de episodios vio-

lentos. “Me pasó que don Cleme, el del quiosco de Filosofía,

viejo machista, me pidió el carnet una vez para venderme”.

11

Nº 8 junio 2015 / El Paracaídas