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El Paracaídas / Nº 8 junio 2015

a ningún anticuerpo, cuenta. “Yo jamás

me he enfermado de nada grave. Hasta

donde sé, vacunado o no, te resfrías cada

año igual y eso fortalece tus defensas.

En cambio meterte antibióticos desde

chico sólo logra deprimir tu sistema in-

munológico y eso es un negocio redon-

do para los laboratorios”. Vargas declara

seguir por internet las últimas teorías

conspirativas de Juan Andrés Salfate y

del youtuber Dross a quienes compa-

ra con otros “divulgadores científicos”

como el mismo Andrew Wakefield,

quien sería una víctima de un complot

de las farmacéuticas, según él.

-Los doctores también están cambian-

do su postura ante las vacunas, muchos

profundizaron conocimientos sobre

el efecto de las vacunas y dejaron de

recomendarlas, mientras que otros ni

siquiera se interesaron en actualizarse

después de la universidad. Yo me que-

do con los que advierten sobre el daño

de las vacunas o al menos te dejan la

libertad de escoger hacerlo- dice sobre

disciplinas que se toman con calma zen

los programas de vacunación.

La medicina antroposófica es una de

ellas. Una corriente de salud comple-

mentaria que integra al diagnóstico

del cuerpo un enfoque sobre la salud

del alma y el espíritu, nació en Suiza a

principios del siglo XX. Está poco ex-

tendida en Chile, pero suma a un gran

número de padres en busca de respues-

tas naturales para la salud de sus hijos y

también a médicos de academia intere-

sados en reducir el uso de medicamen-

tos, antibióticos y vacunas.

Hace un siglo, el núcleo europeo más

duro de la antroposofía consideraba,

junto con su fundador Rudolf Steiner,

que las vacunas interferían “con el de-

sarrollo kármico y los ciclos de la reen-

carnación”. Sin embargo, el discurso se

ha moderado y hoy recomienda a los

padres informarse sobre los efectos de

cada vacuna que adopten para sus hijos

sin basarse en el miedo o retrasar las

inyecciones lo más posible.

Para el pediatra de la Universidad de

Chile José Soto, el alza en el número de

pacientes en Chile que deciden no vacu-

nar a sus hijos es evidente. “La mayoría

de las familias que atiendo, como médi-

co que realiza una medicina alternativa,

tienen serias inquietudes con respecto

a las vacunas”. Las razones son varias,

dice, pero la principal es la desconfianza

con una autoridad que inyecta medica-

mentos y miedo a través de los medios:

“se trata de un público más crítico y em-

poderado que ya no cree en el discurso

de que las vacunas son como vitaminas,

que mejoran la inmunidad, y son 100%

efectivas y 100% inocuas”, agrega.

El perfil de este paciente, para el doc-

tor Soto, coincide con el descrito por el

virólogo Avendaño y la epidemióloga

Bertoglia. Se refiere a un grupo trans-

versal de clase media y alta con una

actitud crítica a un sistema que mani-

pularía informes sobre epidemias para

promover el uso de las vacunas, explica.

INFORMACIÓN

CONTRA INFORMACIÓN

Durante el siglo pasado, Valparaíso lo-

gró controlar la pandemia de enferme-

dades venéreas a través de un peculiar

control policial. El biólogo y Premio

Nacional de Ciencias Humberto Ma-

turana recuerda a través de los relatos

de su madre asistente social que si una

persona faltaba a su control de vacunas,

un carabinero iba a recordarle discreta-

mente que se lo había saltado.

Pero el factor principal del éxito que

erradicó las enfermedades sociales de los

puertos de Chile fue algo aún más íntimo

que la enfermedad social, una ética del

“Los médicos antivacunas

deben ser contados

con los dedos de una

mano. Pero cuando

aparece uno, los medios

les dan el espacio que

desean porque no hay

nada más novedoso que

un médico hablando

contra las vacunas.

Desgraciadamente eso

tiene más pantalla que

una aburrida vacuna que

cumple su trabajo”, se

lamenta la epidemióloga

María Paz Bertoglia.