B
ernardo Subercaseaux es pro-
fesor de la Facultad de Filo-
sofía y Humanidades. Famo-
so –entre otros textos- por
su Historia del Libro en Chile, como
miembro del Observatorio del Libro y
la Lectura de la Vicerrectoría de Ex-
tensión y Comunicaciones, participó
activamente de las mesas de trabajo a
las que convocó el Consejo Nacional
del Libro y la Lectura para agosto y
septiembre del año pasado.
En esas reuniones, a Subercaseaux se le
prendió una “luz roja”: cuando algunos
de los involucrados en la elaboración
de la política de lectura del 2006 inten-
taron explicar los avances que habían
logrado, “las intervenciones y los apor-
tes no eran prolijos, eran muy genera-
les, entonces se hizo evidente que no
hubo un seguimiento y una evaluación
de la política anterior”.
También ahí sucedió algo extraño: “la
mayor inversión del gobierno fue el
Maletín Literario, cuestión que no es-
taba ni programada ni mencionada en
la política del 2006 -2010”, asegura.
¿Por qué cree que ocurrió eso?
-Porque no hay políticas serias, bien
pensadas. En la última edición de la
Historia del Libro en Chile, hago un
examen, coloco ahí todo los datos de
cuánto se gastó. Faltó seguimiento.
Se hizo un video en que aparecía una
persona entregándole a una indígena
aymara un maletín literario y le decía:
“este es un regalo de la presidenta”. Así
no se hacen las políticas culturales. Fue
muy bien intencionada, pero tal vez
no muy bien pensada y que no tuvo
seguimiento. Muchos de esos libros
terminaron en ferias del libro, algunos
fueron a dar a consultorios de salud
porque no estaba bien claro donde se
iban a recibir. Fue una inversión muy
grande y algo bien intencionado pero
los resultados de eso fueron bastante
distantes de lo que se proponía.
Uno de los puntos que plantea esta
nueva política es que sí va a haber un
seguimiento…
-Yo creo que es unamuy buena intención,
pero a mi juicio, cuando se presenta la
política del libro frente a cada una de las
40 medidas aparece un responsable, y los
responsables son muchísimos. Son insti-
tuciones como la ARCHI, la DIRAC, el
Consejo Nacional del Libro, la DIBAM,
el Mineduc, el Ministerio de Hacienda,
son muchos. A mi modo de ver, esto
di"culta el proceso, tengo mis dudas.
¿Quién va a ser el coordinador de esto?
En Chile hay que pastorear todo, ¿quién
va a ser el que va a pastorear a las otras
instituciones responsables?, ¿cómo se va
a poder hacer un seguimiento? Yo soy de
la idea de que esto tendría que tener una
agencia independiente, liviana, vinculada
al Consejo del Libro, pero independien-
te y con una responsabilidad única. Esas
son las formas en que se puede hacer un
seguimiento y una evaluación.
Si es que hubiese, ¿qué diferencias
identi!ca usted entre la política del
2006 y la que se presentará este mes?
-Esta es más inclusiva, considera toda
la cadena del libro. También es más
moderna porque considera el fomento
del libro electrónico y también consi-
dera el estudio de eliminar el IVA en
los libros.
La política del 2006 era bastante am-
biciosa también. Y la diferencia es que
ésta tuvo una convocatoria más am-
plia y más abierta. Todo el que quiso
asistir, puso asistir. Se invitó a los edi-
tores, a los escritores, a los profesores,
a los bibliotecarios, a los académicos.
La anterior, además, fue una política
solamente de un gobierno, del 2006 al
2010; esta tiene una visión de Estado
porque contempla cinco años de pla-
zo, que son tres del actual gobierno y
dos del próximo.
¿Qué relevancia le da a la incorpora-
ción de los resultados del Parlamento
del Libro y la Palabra a la nueva Po-
lítica? Actualmente, por ejemplo, se
está discutiendo en el sur o!cializar el
mapudungun como lengua.
-En esta política hay medidas y accio-
nes que tienen en cuenta la diversidad
regional y cultural del país. Eso no está
solamente en lo geográ"co, sino que
en lo étnico cultural y por lo tanto está
abarcando el mundo de la escritura
pero también prestando oído al mundo
de la oralidad.
“En esta política hay medidas y acciones que tienen en cuenta la diversidad
regional y cultural del país. Eso no está solamente en lo geográfico, sino
que en lo étnico cultural y por lo tanto está abarcando el mundo de la
escritura pero también prestando oído al mundo de la oralidad”.
29
Nº 6 abril 2015 / El Paracaídas