Para mejorar la
educación, democratizar la
sociedad y generar mayores condiciones
de igualdad, cambiar la relación de
la ciudadanía con el libro no es una
condición suficiente, pero sin duda
una condición necesaria.
EL LIBRO Y LA LECTURA,
UN ASUNTO PÚBLICO
U
na y otra vez durante la post dictadura los temas
del libro y la lectura han quedado al margen de
los ejes de las políticas públicas signi"cativas. Al
igual que la problemática de los medios de comu-
nicación, a estos temas se les ha dado el rango de asunto
de especialistas, interesados o profesionales del sector. Pero,
¿acaso es posible pensar en una educación de calidad sin
enfrentar el tema de la comprensión lectora? ¿Es
sincero hablar de una verdadera democracia
sin ciudadanos lectores con capacidad
crítica? ¿Es factible enfrentar la des-
igualdad sin buscar equiparar el
acceso a los bienes culturales?
¿Es viable pensar en el desa-
rrollo, en un país sustentable,
limitándonos a ser exporta-
dores de materias primas?
El libro y la lectura son
asuntos de interés público,
claramente transversales a
muchos de los desafíos que te-
nemos como país. Para mejorar
la educación, democratizar la so-
ciedad y generar mayores condicio-
nes de igualdad, cambiar la relación de
la ciudadanía con el libro no es una condi-
ción su"ciente, pero sin duda una condición ne-
cesaria. Por ello nos anima que el Consejo del Libro y la
Lectura centrara su quehacer durante el primer periodo de
este gobierno en elaborar una nueva Política Nacional del
Libro y la Lectura. Esta política, construida a través de un
proceso participativo del que recoge gran parte de las pro-
puestas, es una estrategia sistémica que aborda toda la cade-
na del libro, potenciando su democratización en la sociedad
chilena. También, busca generar las condiciones para que
como país tengamos un rol proactivo en la elaboración y
producción de conocimiento, buscando resquebrajar el co-
lonialismo cultural que nos domina y la brutal des-
igualdad en el intercambio norte sur.
Espero que a diferencia del 2006, año
en que se aprobó una versión an-
terior de la política -nunca im-
plementada como tal-, seamos
ahora testigos y partes de una
enérgica aplicación de esta
propuesta. Ello contribui-
rá, sin duda, a potenciar una
ciudadanía más activa, cul-
ta, pensante y creativa, que
avance hacia una participación
efectiva, sentando las bases de
una real soberanía popular. El li-
bro y la lectura no son ajenos a esa
promesa democrática. Como señalan
las anotaciones al borde del Talmud en
tiempo de la inquisición, citada por Andrés
Claro en La inquisición y la cábala:
“Si todos los mares fueran tinta, todos los juncos pluma, los
cielos pergamino y si todos los hombres escribiesen, no se
llegaría a decir la gloria del poder”.
*Director de LOM ediciones, integrante de Editores de Chile y del Observatorio del Libro y la Lectura.
Por Paulo Slachevsky*
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Nº 6 abril 2015 / El Paracaídas