Arte en la Chile
Revista de la Facultad de Artes
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to. Es decir, interactuar
con las personas que
vienen al museo y que
ellas generen cone-
xiones más allá de los
lenguajes específicos
de las artes, que vean
que hay otros espacios que
pueden identificar dentro de
una obra”, señala.
Como ejemplo de esto, el
MAC desarrolla programas
como
Diálogos con la obra
,
visitas guiadas que se plan-
tean desde la conversación
y la interpelación;
Diálogos
a través de la ventana
, vi-
sitas mediadas online para
estudiantes de escuelas
municipales de otras regio-
nes; y
Lecturas de obra
, en-
cuentros en sala con artistas, curadores e investigadores.
A raíz del trabajo de EducaMAC en pos de formación de
público, Julia explica que el concepto de mediación se en-
tiende “como un puente entre la obra de arte y las personas
que asisten. Somos el medio que puede generar conexio-
nes más directas con lo que está presentando el museo”.
El otro museo que depende de la Facultad de Artes es el
Museo de Arte Popular Americano Tomás Lago (MAPA). Su
Área de Educación se reactivó en 2013 gracias a la adjudi-
cación de un Fondo Valentín Letelier que entrega la Vice-
rrectoría de Extensión y Comunicaciones de la U. de Chile.
A la fecha, han realizado proyectos como la mues-
tra
Objetos cotidianos en fibra vegetal
, la que contem-
pló visitas mediadas con estudiantes y la elaboración
de un cuadernillo pedagógico con información y pro-
puestas para el aula. Asimismo, desarrollaron la iniciati-
va
Somos tierra de colores
, junto a Red Mediación Ar-
tística, donde estudiantes representaron y reflexionaron
sobre su identidad a través de la cerámica policromada.
“Que el Área de Educación vaya profesionalizándose
hace que cumplamos nuestro objetivo que es visibili-
REPORTAJE
zar al MAPA y su colección. Esto es muy importante por-
que nos vincula con la ciudadanía y, de alguna manera,
se refuerza mi idea de museo vivo y en constante movi-
miento”, señala la directora del MAPA, Nury González.
Y agrega que el objetivo es seguir potenciando esta Área
para que su experiencia pueda ser replicada en otros lu-
gares, de manera que el alcance de la mediación no sólo
llegue a los niños y jóvenes, sino también a otros sectores
de la sociedad como, por ejemplo, los adultos mayores y
los inmigrantes.
Arte y ciencia
Hace cuatro años que Rodrigo Tapia, bioquímico y director
de educación y extensión del Instituto de Neurociencia Bio-
médica (BNI) de la Facultad de Medicina de la U. de Chile,
se embarcó en la tarea de realizar diversas iniciativas de
divulgación científica. Su interés artístico y sus estudios en
cine en la Facultad de Artes fueron en parte responsables
que desde el comienzo cada una de estas actividades mez-
clara arte y ciencia. Su primer diagnóstico fue que era ne-
cesario que cada iniciativa fuera “una experiencia” y en ese
sentido, para él “el arte es la mejor y primigenia forma de
construir experiencia”, indica.
Fue así como el primer proyecto en el BNI se denomina
Dendros, un viaje por el cerebro
, un cómic online que narra
la historia de dos escolares, una joven apasionada por la
ciencia y un hacker, quienes deben viajar por el cerebro a
través de la máquina Dendros y así ayudar a su abuelo a re-