Arte en la Chile - N°6 - page 6

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Arte en la Chile
Revista de la Facultad de Artes
REPORTAJE
aprobación de otros ministerios, pero ad-
mite que el CNCA tiene de todas formas
sus ventajas, entre las que se encuentra
la participación de regiones. Por lo tanto,
según la docente, un ministerio debería
considerar las voces locales, además
de “la formación en todo nivel, forma-
ción en creación y apreciación artística
desde educación parvularia, básica, me-
dia, técnica y universitaria, sin distinción
de edad ni género. No sólo enseñar a
crear, sino con igual importancia, ense-
ñar a apreciar. Sólo de esa forma, ser-
virá de algo llenar de eventos y espec-
táculos masivos que muchas veces no
logran ser apreciados por la población”.
Y agrega que otro punto importante es
“ampliar los lenguajes artísticos, flexibili-
zar los formatos, porquemuchas veces un
proyecto no recibe financiamiento porque
no encaja en ninguna línea concursable”.
Un Ministerio de Cultura vendría a dar-
le mayor autonomía a la cartera, podría
reorganizar el funcionamiento y aunar
instituciones que hoy permanecen se-
gregadas. Bárbara Negrón, Periodista,
Directora del Observatorio de Políticas
Culturales y académica del Magíster
en Gestión Cultural, está ”convencida
que las políticas culturales serán más
efectivas con un soporte institucional
mejor organizado. El Ministerio fusio-
naría el CNCA y la Dirección de Biblio-
tecas, Archivos y Museos (Dibam), con
lo que se resolvería parte importante
de la dispersión que no se solucionó
en 2003 y se podrían coordinar mejor
las definiciones de política cultural con
los instrumentos para implementarla”.
En tanto, la declaración pública titu-
lada
Por un Ministerio de Culturas y
Patrimonios democrático y partici-
pativo
, firmada por varios premios na-
cionales, colegios profesionales y la
Asociación Nacional de Funcionarios
de la Dirección de Bibliotecas, Archi-
vos y Museos (Anfudibam), pone en
la mesa otros puntos importantes que
se deben considerar en la discusión.
Expresa la necesidad de contar con un
Ministerio de Cultura que considere,
como aspectos esenciales, una defi-
nición de cultura y patrimonio que se
base en las Convenciones sobre Patri-
monio de la Unesco (1972 y 2003), la
Convención Unesco sobre la protección
y la promoción de la diversidad de las
expresiones culturales, el Convenio 169
OIT y todos los tratados internacionales
ratificados por Chile. Además exige la
participación de la academia, de las co-
munidades locales, profesionales y de la
ciudadanía en general, contemplando la
existencia, a nivel nacional y regional, de
órganos colegiados con atribuciones re-
levantes a la hora de definir y resguardar
el patrimonio. A su vez, piden mejorar el
diseño institucional en materia de cultura
y patrimonio, ya que presenta dispersión
orgánica y funcional, además de niveles
críticos de déficit presupuestario. Final-
mente demanda la modificación de la Ley
17.288 sobre Monumentos Nacionales.
Aún con todo lo expuesto, es necesa-
rio una mirada global que incluya a la
Cultura dentro de las preocupaciones
esenciales de la nación. En palabras del
profesor Federico Galende, “el proble-
ma finalmente no es tener un consejo
ni un ministerio, sino una discusión en
torno a los modos en que un estado
construye los formatos del uso de la
memoria pública, incluyendo a todos los
sectores que están implícitos en ella”.
Pues un país que valora su cultura, “im-
pactará en el valor que otorga a la edu-
cación, a la salud, a la participación ciu-
dadana. Será más crítica de su entorno,
más sensible a la naturaleza, no tan in-
diferente. Pero en eso, estamos desper-
tando”, concluye la profesora Fernanda
Arrau.
Fotografía: Claudia P. M. Santibáñez / Gentileza Museo de
Arte Popular Americano – MAPA. Universidad de Chile
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