Palabra Pública - N°12 2018 - Universidad de Chile

sorprendernos. Lo que sí debiera sorprendernos es que no haya una instancia que controle y se haga cargo de esto, de verificar o de prever. Uno ve en las series norteamericanas que existe “Asuntos In- ternos”, una especie de fiscales, eso no lo tenemos nosotros. Aquí hay una visión conservadora, pi- nochetista, que entiende el orden público en términos represivos, no preventivos, y no deteniendo una organización en la cual hay personas que pueden abusar de su poder y están no sólo violando los derechos humanos de los afectados, sino que van haciendo uso de recursos públicos. No se ha avanzado nada en la investigación sobre la compra de armas, porque cuando habla- mos de Carabineros hablamos de tanquetas, de algunos equipos que son de centenares de mi- les de dólares, pero en otras instituciones estamos hablando de millones de dólares, y eso es un tema escondido que no se habla. El Congreso tiene que tomar en serio su labor de legislador y en seguida la Cámara de Diputados tiene que ejercer sus funciones fiscalizadoras de manera efectiva, reuniendo la información necesaria y llevándola a término. Analizando el caso de Carabineros, si uno ve las cifras, desde los años ‘90 el número de per- sonas que fallece por acción de Carabineros es algo permanente. -Yo lo tomaría desde este punto de vista: esta es una democracia donde sus dirigentes políticos no han tomado seriedad sobre el grado de malestar latente que hay en la sociedad y las manifestaciones de pro- testa de ella con respecto a ellos. Con la política del consenso, con el énfasis en el crecimiento económico y con el hecho de que han mejorado las condiciones de vida, naturalmente hoy día vivimos mejor que hace 30 años, pero en 1964 vivíamos bastante mejor que 30 años antes, es mucho tiempo tres décadas. Eso hace que se produzcan manifestaciones de protesta muy tardíamente, que no son previstas por la autoridad política y que permiten que minorías -ya sean anarquistas o lo que sean- provoquen, y Carabineros se excede. No quiero verificar si Carabineros actuó bien o mal, lo que veo como principal es que en esta sociedad los dirigentes se ajustaron a una teoría del consenso donde no hay huelgas, no hay protestas, los sindicatos se han debilitado, el movimiento estudiantil también, salvo el 2011. Entonces cuando hay gente que dice que esta sociedad tiene desigualdades, tiene in- justicias, hay abusos, hay concentración de la riqueza, se está depredando el medio ambiente, hay ghettos verticales y no hay partidos o una izquierda que esté articulando esto, no hay un movimiento verde, la DC no tiene capacidad de movilizar los intereses populares, entonces llegan a estas expresiones de protesta no convencional que derivan en hechos de violencia que han llegado a extremos absolutamente inaceptables como las ocupaciones y perjuicios en los colegios y con eso la autoridad, gente de la Concertación que tiene problemas con el orden público y no se cortaron los desmanes a tiempo, por ejemplo en las escuelas públicas. Entonces no es una sociedad que esté acostumbrada al conflicto, sino que está acostumbrada al consenso, y ese consenso lo manejan algunos. Es una democracia de poca densidad política. En ese sentido faltarían canales o espacios democráticos de participación. -Por supuesto, aquí hay muchos problemas que se tapan. Mire lo que pasó con los ghettos verti- cales, todo el tema inmobiliario. El actual gobierno quiere dar espalda a todo eso y que los proble- “(Esta) no es una sociedad que esté acostumbrada al conflicto , sino que está acostumbrada al consenso, y ese consenso lo manejan algunos. Es una democracia de poca densidad política”. P.27 Nº12 2018 / P.P.

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