Palabra Pública - N°12 2018 - Universidad de Chile

Durante los últimos años la confianza de la ciuda- danía en las FF.AA . y Carabineros se ha vistomuy afec- tada y existe la sensación de que “se mandan solos”, sin ningún control por parte de la autoridad civil. -Objetivamente es una situación extremadamente gra- ve. Lo que ha ocurrido es que el poder civil ha dejado esta autonomía más allá de lo prudente. Ha habido una falta de responsabilidad de parte de la autoridad política: los ministros de Defensa y también los presidentes; ha ha- bido un descuido muy grande. Yo haría una excepción en la época en que Pinochet era comandante en jefe del Ejército, en que la preocupación central del Presidente Aylwin era lograr la estabilidad de la democracia y no darle pretexto a las provocaciones de Pinochet, que fueron muchas. Pero la posibilidad de influir en la institución castrense fue mínima, con la excepción de la FACH, donde el general Matthei tuvo una actitud muy constituciona- lista y muy democrática. En el caso de la Marina y del Ejército era una actitud de indiferencia e incluso de beligerancia del poder civil y más adelante eso no cambió. Ese es un déficit de los gobiernos democráticos muy grande que abarca desde el Presidente Frei en adelante. Hay también una respon- sabilidad del Congreso, no solamente de los gobiernos, porque los parlamentarios y los partidos no tienen idea sobre temas de defensa y ha sido un error que la relación con los militares esté referida principalmente al tema de las violaciones a los derechos humanos, que es un tema necesario, pero paralelamente tiene que haber un mando efectivo de la civilidad sobre los militares. Algo central es que el Estado chileno, el Poder Ejecutivo, los ministros, no saben lo que pasa en sus carteras. Acuérdese lo que pasó en el Ministerio de Justicia, donde la ministra no tenía información sobre los niños que vivían y morían en el Sename. Ese ministerio que es pequeño tiene tres reparticiones completamente autónomas: Gendarmería, Registro Civil y Sename, y el gabinete y la subsecretaría no tienen conocimiento de lo que pasa. Es un Estado con ministerios que se manejan autó- nomamente, gabinetes de los ministros extraordinaria- mente débiles y un gabinete presidencial también muy débil, entonces hay una segunda parte que tiene que ver con la organización del Estado y su debilidad. A eso se agrega el tema de Ca- rabineros, algo extraordinaria- mente grave. Yo lo veo desde el punto de vista de la legitimidad de un sistema democrático en el cual Carabineros ha llegado a un grado de autonomía incompa- tible con la democracia, donde hay una especie de AFP propia que funcionaba con decenas de miles de millones de pesos. Ahora, con la transparencia, que es un elemento fundamen- tal de la calidad de la demo- cracia, tenemos la información transmitida por las redes sociales. Y esta opacidad en la administración de los bienes públicos por parte de uniformados y tolerancia irresponsable de la autoridad civil ha llegado a un punto de quiebre. Y el actual go- bierno tiene que resolverlo. También existe una arista, que quizás el tema de la corrupción la esconde un poco, que tiene que ver con la falta de una política de Estado en materia de seguridad. Pienso en que esta falta de directrices genera el marco para que ocurran montajes como la “Operación Huracán”. -Eso pasa en los regímenes democráticos, no debiera “Esta es una democracia donde sus dirigentes políticos no han tomado seriedad sobre el grado de malestar latente que hay en la sociedad y las manifestaciones de protesta de ella con respecto a ellos”. P.26 P.P. / Nº12 2018

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