Palabra Pública - N°12 2018 - Universidad de Chile

La amenaza es reconocida y algunos le lla- man agenda valórica, pero David Horma- chea apunta a un enemigo aún más espe- cífico: el progresismo de la neoizquierda. “Ellos se tomaron la educación, los medios de comunicación, la política, los organis- mos internacionales y están imponiendo su sistema humanista, que es una religión basada en el pensamiento del hombre. Por eso creo que hay una amenaza, no es que lo imaginemos. Existe y la detectamos”, asegura el pastor Hormaechea. Hormachea sostiene que desde hace siete años, junto a otros pastores viene estu- diando la influencia del progresismo en los jóvenes evangélicos. Fue entonces cuando nació la inquietud de reflexionar más so- bre la participación política de las comu- nidades evangélicas. “Existían muchos liderazgos que enseñaban a los cristianos a no votar, a no participar en la política, con una visión pesimista del futuro, diciendo que la maldad siempre estará presente. Yo fui uno de los primeros en nombrar y apo- yar directamente a candidatos”, rememora el pastor que llamó a votar por Ossandón, luego Kast y Piñera en segunda vuelta. Para el diputado evangélico Eduardo Du- rán Salinas (RN), el trabajo social de la iglesia, a través del apoyo a los marginados y los pobres, ha derivado en que las nuevas generaciones de fieles con mayor prepara- conservador en sexualidad, género, repro- ducción y familia. “El intento de moralizar la política, el es- pacio público, es un intento por tener pre- sencia social y pública. Es una disputa de sentidos frente a una crisis de legitimidad. Aunque no son todos quienes adoptan una agenda valórica, buena parte de la iglesia evangélica toma esto porque siempre ha defendido la vida privada, la sexualidad y la familia tradicional, porque históricamente han sido sus banderas de lucha política”, asegura Nicolás Panotto, teólogo, Magíster en Antropología y Director del Grupo de Estudios Multidisciplinarios sobre Reli- gión e Incidencia Pública (Gemrip). “Existían muchos liderazgos que enseñaban a los cristianos a no votar, a no participar en la política, con una visión pesimista del futuro, diciendo que la maldad siempre estará presente. Yo fui uno de los primeros en nombrar y apoyar directamente a candidatos”, rememora el pastor que llamó a votar por Ossandón, luego Kast y Piñera en segunda vuelta. P.23 Nº12 2018 / P.P.

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