Palabra Pública - N°12 2018 - Universidad de Chile

y etc., esas personas votaron por Bolso- naro, y esa es una abdicación profunda. La idea de que estas son cosas que dicen en la superficie y que en el fondo no las piensan así, son las justificaciones para no ver la profundidad del daño que se auto infligieron, entonces lo de Bolsona- ro es una tragedia que tiene impactos en América Latina. Espero que no haya nin- guna posibilidad de réplicas, por lo me- nos, con la agudeza que tiene Bolsonaro, pero me temo que sí. Respecto a las universidades, usted hablaba de la centralidad, del ojo que hay que poner en las mallas, que ahí está la polea de las bases patriarcales del conocimiento. -La universidad es una reserva patriar- cal, pero la reserva patriarcal no está so- lamente en los modos relacionales y de la exclusión de las mujeres en los altos cargos de la gobernanza, la limitación de su expresión en términos de salarios. No, el problema es la ciencia y los sabe- res, que están tallados, están compuestos por configuraciones patriarcales. Enton- ces, la idea que tenemos es que hay que interponerse en esas mallas, planteando transformaciones, planteando en todas las comunidades científicas los distintos saberes y disciplinas y demás adecuacio- nes a las nuevas formulaciones revisadas por los feminismos, por lo que es necesa- ria una reflexión común: todas las disci- plinas deben reformatearse. Estoy segura que no se trata sólo de po- ner un seminario acá o allá, sino de una completa transformación de la malla curricular. Esta es una tarea en la que se deben empeñar nuestras universidades. ¿Y en cuanto a la investigación? -La investigación debe ser fortalecida absolutamente en lo que atañe a las relacio- nes de género, a las disidencias de la sexua- lidad, etc. Para esto hay que tener políticas de promoción. Yo he señalado que debe haber una estructura posibilitante de becas, para que haya tesis doctorales en todas las disciplinas que tengan estos tópicos, que contengan estas problematizaciones. Por otro lado, tiene que haber por parte de la universidad convocatorias especiales para investigar tales cuestiones, teniendo en cuenta todas las disciplinas, teniendo en cuenta los problemas relacionales de género en el orden especifico de esas disciplinas. Los mecanismos de abordaje de las desigualdades de género nos estarían dejando sólo en una dimensión puniti- va. ¿Cuál es el riesgo de caer solo en eso? -Hay altísimos riesgos porque pode- mos convertir a las feministas en jueces penalistas, ¿no? y no es esa la cuestión. Por eso necesitamos prevención, necesita- mos medidas -muchas de ellas políticas- y herramientas. Necesitamos obviamente limitar con mucha prudencia el orden de la jurisdicción, pero por otra parte, una vez que se establece la contrariedad de la conducta, las universidades deben actuar, no puede haber ambigüedad respecto de una respuesta punitiva. Pero lo que quiero decir es que ahí no puede agotarse de nin- guna manera la equidad que pretendemos en las universidades, el reconocimiento de la condición femenina y demás. Nece- sitamos medidas de prevención y las me- didas de prevención son también cambiar la curricula universitaria. “En general, la mayoría de las jóvenes no ha leído una página de teoría feminista, pero tienen un arrojo extraordinario acerca del rechazo al sometimiento patriarcal y eso es lo que importa, hay una vibración extraordinaria”. P.19 Nº12 2018 / P.P.

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