Palabra Pública - N°12 2018 - Universidad de Chile

porque soy la primera modificada. Es muy común que las y los oficiantes de historia te reconozcan que en la medida que están investigando hay una transformación del sujeto que investiga. Entonces a mí me ocurrió lo mismo, porque he aprendido muchísimo de la historia de los movimien- tos feministas. ¿Desde qué lugar se ha escrito hasta ahora esta historia del feminismo en América Latina? ¿Están presentes las clases populares? -Bueno, yo diría que en general las ofi- ciantes feministas dedicadas a la historia de las mujeres no han sido negligentes con la condición femenina más subalterna, que es la condición de las mujeres populares, los sectores más oprimidos. Acá en Chile hubo trabajos muy interesantes acerca de las mujeres y el trabajo, lo mismo ha pa- sado en Argentina. Yo diría que hay más investigación acerca de las mujeres en los sectores populares en América Latina, que de las mujeres en los sectores dominantes. Ahora, es probable que tengamos todavía muchísimo que indagar, investigar y abor- dar, particularmente acerca de las condi- ciones de vida, de los sentimientos, de las sensibilidades, de las epopeyas. Una pregunta frecuente relacionada a esto es la contradicción o dualidad entre el feminismo académico y el feminismo de base. ¿Hay puntos de encuentro? ¿Cómo se complementan? ¿Cómo deben dialogar? -En América Latina, felizmente, el fe- minismo emergente de los años 60, ’70 y 80 tiene una nervadura que comunica a la academia con la militancia. En Estados Unidos eso es poco probable ya que las que son académicas, son académicas, y las que hacen política militante son otras, pero nosotras en América Latina tenemos -en general- una cierta yuxtaposición. He teni- do la suerte de poder congeniar, articular y conciliar bien -aun actualmente, en este estado de ya señoras muy viejas- el campo de la academia y el de la militancia. Y justamente hablando desde hoy y desde la calle. ¿Qué precedente nos deja la acalorada discusión y lucha por el aborto en Argentina? -Nos deja, primero, una lección acerca de los cambios producidos entre las nuevas generaciones de mujeres. Tenemos una ex- periencia completamente renovada en las muchachas sub 20, una experiencia reno- vada de una subjetividad que se transmite y que no está dispuesta a admitir el someti- miento al patriarcado, y que está revestida de grandes intuiciones más que de gran conocimiento. En general, la mayoría de las jóvenes no ha leído una página de teoría feminista, pero tienen un arrojo extraordi- nario acerca del rechazo al sometimiento patriarcal y eso es lo que importa, hay una vibración extraordinaria. La otra cuestión que nos deja como lec- ción es la masividad de los feminismos en Argentina. La otra, es una lección un poco más de adversidad y es saber que las formulaciones reaccionarias están muy presentes aun en aquellas fracciones que se dicen liberales. O sea, si fueran cohe- rentes con el liberalismo, deberían haber votado la ley, pero son una ficción liberal que en el fondo responden a una gran retaguardia conservadora. ¿Qué provoca tanta reticencia? ¿Qué está en juego? -Yo diría que está en juego un sistema vertebral de ideología patriarcal que supo- ne que las mujeres inexorablemente deben embarazarse y parir y esta conjura de todo el movimiento feminista obviamente es muy amenazante para ese sistema ideo- lógico. Entonces desde luego ahí hay in- tersecciones de religiosidad, filosofía, etc., pero lo que está en juego verdaderamente en esas posiciones es la vertebralidad ideo- lógica del patriarcado, que exige que las mujeres sean reproductoras. UNA TRAGEDIA La violencia y el miedo son tópicos presentes cada vez que hablamos de feminismos y de movimientos sociales. ¿Qué pulso nos marca la elección de Bolsonaro? ¿Es una repuesta global? ¿Es una emergencia? ¿Estaban dormidos? -El movimiento feminista es parte de los movimientos sociales, un movimiento que ha cobrado hoy una estatura extraor- dinaria y es seguramente el movimiento más poblado, más denso y de mayor ma- nifestación, eso debe ser dicho. La segunda cuestión refiere a cómo pueden inflexionar las voluntades de los electores con relación a esta figuras que aparecen. En el caso de Brasil debe entenderse por dos razones: el odio que suscitan en gene- ral lo que han sido las gobernazas del PT y por el fenómeno de enorme trascendencia que tiene la inseguridad. O sea, la inse- guridad es la llave maestra del fascismo, porque en realidad por la inseguridad se consigue el cancelamiento de la libertad de las personas, esto corresponde a una asimilación con la servidumbre. Sabemos que en Brasil personas que han sido completamente hostigadas, comu- nidades como las personas gay, lesbianas “Es muy común que las y los oficiantes de historia te reconozcan que en la medida que están investigando hay una transformación del sujeto que investiga. Entonces a mí me ocurrió lo mismo, porque he aprendido muchísimo de la historia de los movimientos feministas”. P.18 P.P. / Nº12 2018

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=