Palabra Pública N°18 2020 - Universidad de Chile

U sted seguramente no sabe quién fue Mo- hamed Bouaziz; quizás tampoco le suena el nombre de Sergio Bordillo, aunque de pronto, si es cinéfilo, se puede acordar del personaje de la película Yo, Daniel Blake , del cineasta Ken Loach, que obtuvo en Cannes la Palma de Oro hace cuatro años. La línea que une a los tres hombres, el pri- mero, tunecino; el segundo, un ciudadano chileno; y el último, un carpintero británico enfermo y pobre en la ficción de Loach, es la humillación. Un sentimiento que aflora cuando quienes deben responder por sus derechos y bienestar, por acción u omisión disocian la palabra dignidad de aquella que define a la pobreza. Mohamed Bouaziz fue un joven vendedor ambu- lante tunecino, quien, a los 26 años, cuando funciona- rios municipales le confiscaron su carro de frutas y en protesta por el abuso y la humillación de ese acto que le impedía ganarse la vida, decidió inmolarse el 17 de di- ciembre de 2010. Su muerte desató una ola de protes- tas que dio origen a la Primavera Árabe, protagonizada principalmente por jóvenes pobres y desempleados que Mohamed Bouaziz, Sergio Bordillo y Daniel Blake NARRATIVAS SOBRE HUMILLADOS POR FARIDE ZERÁN Vicerrectora de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile COLUMNA salieron a las calles en Túnez, Egipto y otros países de la región. Daniel Blake es el carpintero de 59 años que, luego de un infarto y de la recomendación de su doctora de dejar de trabajar por un tiempo, asume que sólo puede sobrevivir si obtiene la ayuda del Estado, una ayuda que se escurre cada vez más en medio de una burocracia que lo humilla en las largas esperas, en los extensos interrogatorios kafkianos o en papeleos que debe llenar solo a través de una computa- dora que no maneja. Finalmente, esa despiadada burocra- cia lo lleva a rebelarse y a maldecir las políticas de Thatcher en el sistema de seguridad social británico, cuyos efectos devastadores finalmente le provocan la muerte. De Sergio Bordillo, pese a que es chileno, que vive en Colina y que lo vimos en los noticieros de televisión hace sólo unas semanas, conocemos menos. Sabemos, por ejemplo, que es un buen padre y abuelo, porque pese a la cuarentena que le impedía desplazarse, consiguió un permiso para hacer una larga fila ante el Registro Civil de Colina para activar la clave única de su hija, requisito fundamental para poder acceder a la ayuda estatal. 4

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