Palabra Pública N°18 2020 - Universidad de Chile

zaron las grandes protestas masivas. La última acción del CADA fue la de los rayados que cubrieron todas las paredes de Chile con la consig- na No +, que culminó con el triun- fo del No en el plebiscito. Las niñas después quisieron hacer otra cosa y la hicieron, se llamó Viudas , pero fue una cosa mínima comparado con las otras acciones, fue sólo gráfica, ya se había perdido todo el espíritu y la fuerza, pero si ellas quieren ponerle a eso CADA, que se lo pongan, en realidad importa bien poco. Terminé un libro sobre el CADA, un perfil que está cruzado por la biografía. Siento que es algo de una gran belle- za, pero de una belleza extrema, dura y fuerte. Su tema final es la muerte y la resurrección del amor. Se llama Tú que fuiste desmembrado. Como dijo Jorge González, es una tristeza que sigan vigentes esas obras, canciones y poemas. El gran poema debiera ser aquel que nunca se ha escrito, que este hubiese sido un país sin desaparecidos. —Pero también son esos poe- mas y esas canciones las que nos ayudan a luchar contra el terror. ¿De qué forma la palabra y el len- guaje nos pueden seguir salvando? En la dictadura, el significado de la palabra era el que querían im- ponernos los militares, que era can- tar la gloria del triunfo marcial, las marchas militares, todo el lenguaje fascista con el que querían destruir el lenguaje de Chile, el lenguaje que habían construido todos sus poetas a través de Violeta Parra y Víctor Jara, de Neruda, de Mistral. Enton- ces la lucha era por el significado de la palabra, por preservar los grandes significados, por preservar frases como las de Allende, “se abrirán las grandes alamedas”, y hacer que cruzaran a este tiempo, porque si perdíamos esa pelea por los signifi- cados, habría sido una derrota total. Fíjate en esta publicidad, “Metro- gas, calor humano, calor natural”, ese no es ni calor humano ni es na- tural, entonces hoy tenemos que ninguna palabra dice lo que dice, ninguna frase nombra lo que nombra, ninguna imagen muestra lo que muestra. Es el idioma del capitalismo que se caracteriza por arrancarle a las palabras el sustento de lo real para tener un mundo ilusorio que promete la felicidad, pero es una felicidad oscura. Revertir eso debe ser un trabajo profundo de los artistas del mundo, de los poetas, del pueblo, es el poder creativo. La lucha por el lenguaje sigue siendo fundamental, pero es una lucha al borde del abis- mo. Está claro que no nos vamos a morir sólo de biología, todas las mentiras del sistema van a ser parte de nuestra muerte también. Zurita partió su aventura poética siendo un seguidor de los Evangelios, los que aún admira: hoy se declara un “cristiano ateo”. También sigue compro- metido con el Partido Comunista, del que se apartó brevemente en los 2000 cuando decidió apoyar la candidatura de Ricardo Lagos. “Lo apoyé con todo porque estuvo a punto de ganar Lavín, entonces me parece bastante obvio dónde debía estar. Nunca estuve alejado del PC, es un partido que yo respeto mucho y donde está la gente que quiero, es un partido que jamás ha estado en ninguna asonada militar ni golpista, que ha sido traicionado, pero que jamás ha traicionado, que apoyó a Salvador Allende hasta el último segundo y que luchó con heroísmo contra la dictadura. Es el partido más castigado, cuyos militantes no necesitan alardear ni vestirse de revolucionarios porque son re- volucionarios. Mi militancia es libre y va con todas mis discrepancias”, dice. —¿Usted piensa que el arte debe ser político? Yo creo que el arte es mucho más que político. El arte es político, pero también es un arte de amor, un arte del espacio íntimo. Un poema político tiene que ser también un poema de amor, un poema social, un poema laico. A mí, personalmente, me interesa un arte situado en el mundo y me interesan los poetas que hablan de este mundo y no que especulan en fantasmagorías que quizás no existen en ninguna parte de esta tierra. —¿Cree que los artistas deban crear en torno a lo que se está viviendo hoy? Es inevitable escribir y crear, pero nosotros no somos periodistas, no somos reporteros. No necesariamente vas a hablar de la pandemia, porque la memoria es una cosa muy extraña, la memoria a veces te actualiza de cosas mínimas, insignificantes, pero las actualiza en ti, como cuando te despiertas una noche y te acuerdas de algo que pensabas que habías olvidado y eso te sobresalta. Hace poco murió Paulo de Jolly, un poeta maravilloso, solitario e increíble que escri- bió poemas dedicados al rey Luis XIV y vivía pegado en el siglo XVII, era un tipo excéntrico, su presente era otro y nadie podría culparlo por eso. La poesía, de alguna forma, se arranca del tiempo para mostrar todos los tiempos, el pre- sente y el pasado. Si una imagen es profunda, será profunda para la humanidad entera y no solamente para ti. —Son tiempos difíciles para los artistas también. ¿Le parece que el gobierno o el Estado debería comprometerse más con la cultura en estos tiempos de crisis? Desconfío totalmente de la ayuda de este Estado al arte y la cultura, no creo que estén en condiciones ni sepan cómo hacerlo. ¡Qué va a apoyar Piñera la cultura si no es lo que le importa! Para Piñera, la cultura es otro de sus enemi- gos. Entiendo profundamente qué es la pobreza, la entiendo porque la padecí y la viví, sé lo que es no tener absolutamente ningún apoyo ni ninguna ayuda, pero por eso mismo sé que no dependemos de eso. Un artista o es más fuerte que sus circunstancias o no es un artista, pero si lo es, hará las cosas igual, con financiamiento o sin financiamiento. 54

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