Palabra Pública N°18 2020 - Universidad de Chile

participación del Estado en la economía que le permita promover un desarrollo económico diversificado y equilibrado. Una condición necesaria, pero no suficiente, para lograr estos objetivos es un programa de mediano plazo que permita al Estado alcanzar por lo me- nos un 30% del PIB a partir de una reforma que aumente los recursos tri- butarios gradualmente en un periodo de cuatro años. Esto implica una refor- ma tributaria que: (i) Reduzca drásticamente la evasión y elusión tributaria que en la actualidad es muy alta y beneficia fundamentalmente a los sectores más ricos. También deben eliminarse mu- chas exenciones tributarias que no tie- nen justificación alguna y deben resta- blecerse los impuestos a las ganancias de capital. También es necesario ter- minar con el sistema de semi integra- ción tributaria, el que no se justifica en una economía pequeña y abierta como la chilena. Se deben restringir los “ loopholes ”, que incluyen la falta de fiscalización de las transferencias de riqueza en vivo entre familiares, que, entre otras válvulas de escape, impiden una recaudación significativa al momento de colectar los impuestos de herencia. Finalmente, el Estado de- biera evaluar los programas existentes, evitar la duplicación de ellos y elimi- nar los que no cumplan sus objetivos Estos mecanismos deberían proveer alrededor de cuatro a cinco puntos del PIB en mayores recursos tributarios para fines sociales y productivos. (ii) Se necesitan nuevos impuestos que minimicen los efectos negativos sobre los incentivos a la inversión y so- bre la eficiencia económica, dirigidos a los sectores de más altos ingresos y/o ri- queza. Tal vez un mecanismo adecuado sería el uso de impuestos patrimoniales a los súper ricos. Adicionalmente, se debe implementar un royalty significa- tivo para todas las actividades extracti- vas de recursos naturales y utilizar de una manera mucho más intensiva los impuestos verdes. Estos tributos pue- den alcanzar tres a cuatro puntos por- centuales del PIB. Los mayores recursos públicos lo- grados por los medios recién descritos deben ser destinados a subsanar las enormes carencias económicas y socia- les según estas prioridades: • Mejorar significativamente la in- versión en salud para acercarnos a los países de la OCDE. Reforzar el sistema Fonasa de forma de que el seguro de salud pública vaya gradualmente susti- tuyendo a las Isapres, las cuales pueden permanecer como un seguro de salud complementario. • Elevar todas las pensiones a un ni- vel mínimo equivalente al salario míni- mo, el cual debe aumentar a $500.000 mensuales. Transferir los recursos hoy acumulados en las AFP a un fondo único nacional respetando los recursos individuales hasta hoy acumulados. • Crear un sistema de seguridad so- cial que proteja el ingreso de las familias, de tal forma que ninguna reciba un in- greso menor al nuevo salario mínimo. • Aumentar la inversión en la cali- dad de la educación pública para acer- carnos a los niveles de Portugal o Uru- guay. Se debe prestar particular atención a la educación preescolar, que es donde se determina la capacidad cognitiva fu- tura de los niños. • Instalar un programa de vivienda social que subsane los déficits que se arrastran históricamente. • Aumentar la inversión en la protec- ción del medio ambiente para reducir los efectos nocivos de la polución. Además, es necesario invertir en la protección de los recursos naturales renovables. • Incrementar la inversión en inves- tigación y desarrollo (I+D) a través de un programa del Estado en conjunto con las universidades, para lograr un au- mento del 0,4% del PIB actual (INE, 2019) al 1,5%. Este gran aumento de la inversión en I+D todavía dejaría al país por debajo de los países OCDE que menos invierten en este ítem. • Aumentar gradualmente la in- versión pública en la promoción de la diversificación industrial hacia acti- vidades cada más intensivas en capital humano y tecnología. Este programa debiera reducir sig- nificativamente la desigualdad y eli- minar la pobreza extrema, y aunque ciertamente Chile no se transformará en Dinamarca o Suecia, sí debería con- siderarse el modelo escandinavo como una alternativa adecuada para generar un horizonte de largo plazo hacia el cual el país debiera moverse. Hoy se necesita un compromiso formal y solemne de todas las fuerzas políticas para que un eventual gobier- no progresista implemente cambios estructurales que vayan en la dirección de eliminar el sistema ultra neoliberal y sustituirlo por un modelo mucho más consistente con una mejora real del bienestar de las grandes mayorías. De lo contrario, la desesperada situación que viene gestándose desde el año pa- sado puede desembocar en un proceso social caótico cuyas consecuencias son difíciles de prever. RAMÓN E. LÓPEZ Doctor en Economía y Profesor Titular de la Universidad de Chile. Se ha desempeñado como economista senior en el gobierno federal de Canadá y en el Banco Mundial. “Aunque ciertamente Chile no se transformará en Dinamarca o Suecia, sí debería considerarse el modelo escandinavo como una alternativa adecuada para generar un horizonte de largo plazo hacia el cual el país debiera moverse”. 27

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