Palabra Pública - N°12 2018 - Universidad de Chile

“A diferencia de los nacionalismos étnicos y religiosos como los islámicos o sionistas, que plantean una segregación de los muchos otras y otras, el movimiento autonomista (mapuche) ha planteado la plurinacionalidad”. tiago dan cuenta de una tendencia mundial a la xenofobia, no obstante, en La Araucanía tiene ribetes abiertamente políticos que responden a una historia de colonialismo. Lo problemático de esto es que los “intolerados” del siglo XX, al calor del siglo XXI también han creado una matriz de intolerancia, forjando una identidad colectiva en algunas zonas excluyentes como res- puesta a la xenofobia criolla. El caso Luchsinger Mackay y las quemas de iglesias son síntomas de puntos de llegada de un pro- ceso político que revive imaginarios en el pasado histórico para llevar adelante la política del presente. Lo mismo ocurre con la imagen de un agricultor apuntando con su arma a los mapuche en una ceremonia a las orillas del lago Calafquen, acusándolos de estar en su propiedad. ¿En que momento las orillas de los lagos se convirtieron en propiedad privada? Por todos estos antecedentes, el siglo XXI huele a conservador. A individual antes que colectivo, a identidades cerradas. La so- ciedad se enfrenta a nuevos problemas con mecanismos políti- cos inadecuados, más propios del siglo XX que del XXI. Pero estas tensiones “creativas” nos pueden llevar a soluciones de la misma índole. Los movimientos indígenas han sorteado esta contradicción con plurinacionalidad y propuestas de autonomía democráticas e inclusivas. Han, efectivamente, recurrido al pa- sado, elaborando una “invención de la tradición”. Sin embargo, a diferencia de los agricultores que luchan por imponer la idea de terrorismo en Wallmapu, a la militarización y aplicación de leyes draconianas de coerción, el movimiento mapuche respon- de con una profundización de la democracia. A diferencia de los nacionalismos étnicos y religiosos como los islámicos o sionistas, que plantean una segregación de los muchos otras y otras, el movimiento autonomista ha planteado la plurinacionalidad. El mejor ejemplo de ello han sido los alcaldes reunidos en la AN- CAM, ensayos a micro escalas de gobiernos plurinacionales lejos de la xenofobia. Por todas estas características, el movimiento mapuche ha puesto en la agenda la xampurriedad , y en este con- texto mundial de identidades cerradas, ser mestizo parece una bocanada democrática e incluyente con identidad para revertir este siglo XXI de agendas colectivas pero individuales a su vez, que son de transformación, pero al mismo tiempo excluyentes de los “otros” que conviven bajo la misma “comunidad imagina- da” en tiempos de globalización. P.60 P.P. / Nº12 2018 / Dossier

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