Palabra Pública - N°12 2018 - Universidad de Chile

“Hoy, cuando las utopías parecen soterradas o desaparecidas, es la hora de ejercer ese arte que es la conversación, que es un acto de subversión en el sentido más profundo de la palabra poética, pues nos permite mirarnos cara a cara y reconocernos”. reconocer que esto ha ido cambiando, pero con demasiada lentitud para la urgencia de este tiempo, aún no asume que nadie elige nacer en un lugar, en un color deter- minado, en una historia, un idioma, una visión de mundo. Mas, la tarea es conocer lo que nos ha tocado porque conocer es la única posibilidad de amarse y de amar lo que nos rodea y luego respetar lo que está más allá de nuestros lugares y miradas, de nuestras familias y comunidades (identi- dad, almidad). El Chile profundo, nuestro interlocutor, tiene que comprender que es hermosa la blanquidad / rubiedad, que es hermosa la negritud, que es hermosa la amarillentud y que es hermosa la moreni- dad que nos ha tocado y que les ha tocado. Es el maravilloso jardín del mundo. Si es este un país tan racista, ¿por qué la gente solidariza con los mapuche? ¿Por qué no con los haitianos? ¿Quién solida- riza con los mapuche? ¿Por dónde pasa esa identificación? -Porque está empezando a mirarse en el espejo de su casa y en el espejo de su interioridad y empieza a ver la presencia mapuche en sí mismo, como lo hicieron los adelantados y adelantadas del pueblo chileno profundo: Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Pablo de Rokha, Violeta Parra, Víctor Jara, entre otros y otras. Para expli- carse un poco más este país aún llamado Chile hay que recordar parte del texto -vi- gente todavía- de presentación al mundo que el Estado chileno, la chilenidad su- perficial y enajenada, divulgó a partir de su centenario: “Los indígenas de Chile eran pues escasos, salvo en la región sur del valle longitudinal, esto es, en lo que después se llamó Araucanía. Por otra par- te, las condiciones del clima muy favora- bles al desarrollo y prosperidad de la raza blanca, hizo innecesaria la importación de negros durante el período colonial… A estas circunstancias debe Chile su ad- mirable homogeneidad bajo el aspecto de la raza. La blanca o caucásica predomina casi en absoluto, y sólo el antropólogo de profesión puede discernir los vestigios de la sangre aborigen, en las más bajas capas del pueblo”. Hoy, cuando las utopías pare- cen soterradas o desaparecidas, es la hora de ejercer ese arte que es la conversación, que es un acto de subversión en el sentido más profundo de la palabra poética (que no es solamente escritura sino también gestualidad, canto, color, aroma, textura, movimiento, etcétera), pues nos permite mirarnos cara a cara y reconocernos; y nos obliga a escuchar, que es lo más difícil, di- cen nuestras ancianas y nuestros ancianos. No somos solos, no estamos solos; nece- sitamos derribar la muralla que levantó la chilenidad superficial y enajenada y que nos impide conversar también con el pue- blo chileno profundo que sentimos reso- llar en las ciudades. P.9 Nº12 2018 / P.P.

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