Mapuche Nütram

68 MAPUCHE NÜTRAM HISTORIAS Y VOCES DE EDUCADORES TRADICIONALES e integrándose a las acciones de la escuela de manera entusiasta. La celebración del Wiñol Tripantü ( la vuelta al sol o Año Nuevo Mapuche), por ejemplo, se desarrollaba con amplia convocatoria y se percibían las ganas de los estudiantes por aprender la lengua de su pueblo. Los primeros años de la implementación de la asignatura coincidieron con los primeros egresados de octavo básico de la escuela que fueron parte de los talleres ligados al Programa Orígenes. La profesora encargada, relevando la labor de la educadora, señalaba el cambio en la mentalidad de los niños respecto a la cultura mapuche. Luego de años con niños y niñas que negaban su ascendencia originaria, en que la identidad se escondía tras el uniforme que los hacía comunes al resto de los escolares del país, la presencia de la educadora y de un lineamiento claro de la escuela respecto al fomento de la interculturalidad y de sus raíces, promovió el egreso de estudiantes orgullosos de ser mapuche y con mucho más conocimiento que las generaciones anteriores. Además, algunos padres y apoderados que en principio estuvieron reticentes a aceptar la enseñanza de la lengua y cultura originaria, posiblemente por los propios traumas que significó su relación con la sociedad no mapuche, se entusiasmaron con las nuevas disposiciones curriculares, colaborando con sus pupilos al contarles historias de su zona y acudiendo a las invitaciones del establecimiento. Rimüngen: El término de un ciclo… Gran parte de la promoción de la lengua y la cultura en la escuela estuvo dada por la presencia de la profesora encargada, Blanca Eugenia Cayupi, quien estuvo muchos años a cargo del establecimiento, tomando sus riendas con el sello de una mapuche comprometida y de una hablante de la lengua originaria. A principios del año 2017, ella decidió dejar la escuela y acogerse a retiro. “Con la tía Eugenia la cosa era distinta... en realidad se le extraña mucho, porque, yo no sé si es porque nuestra cultura es así, pero uno siente el cariño, el apaño. Cuando uno llegaba a la sala de profesores a uno lo acogían, se sentía bien. Entonces, de alguna forma, yo me sentía igual como importante, porque así me lo hacían sentir la directora y el profesorado que estaba antes”, recuerda. El término de su función coincidió con la llegada de una nueva directora y de una profesora mentora que reemplazaría a las dos docentes que anteriormente conformaban equipo con la educadora. Este nuevo escenario implicó cambios en la escuela y, específicamente, en la manera de planificar y realizar las clases de mapuzugun. “Ahora las clases están muy estructuradas en base a guías. En algunos momentos, como es ella la que ahora hace la clase, no conoce cómo se dicen las cosas acá. Tenemos muchas diferencias”, dice. Para la educadora, el aprendizaje ocurre cuando hay un ambiente

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