Mapuche Nütram

69 cálido, en que el niño esté a gusto y en el que participe activamente. La estrategia de preferentemente escribir y no hablar, según su parecer, no funciona completamente. Ambos hechos, el retiro de la antigua directora y la nueva forma de enfrentar la asignatura, han marcado prácticamente el término de su primera fase como educadora. Hoy, con muchas lecciones aprendidas, ella sabe que es importante adaptarse a la nueva situación, aprender de las personas que han ingresado recientemente a la escuela e intentar conciliar todo con su saber. Pese a sentir que muchas veces nada contra la corriente, estas tribulaciones no han mellado su voluntad de querer transmitir la lengua y la cultura de su pueblo. Entiende que es el inicio de un nuevo ciclo, en el que es importante que se afiance la valoración y el respeto por su posición como conocedora de la cultura mapuche y en el que se debe seguir avanzando en las condiciones de trabajo de los educadores a nivel estructural. Pero que en ocasiones, como ella plantea, “hay que dejar el agua correr” y también seguir aprendiendo con humildad. Los ajustes de esta etapa se avizoran como un tiempo para proteger lo logrado y para consolidar un devenir que ha sido fructífero. Seguramente, su talento natural para enseñar y su gran llegada a los estudiantes, harán que sus ülkantun (canto) sigan erizando el pelo de nuevas generaciones de niños y niñas de su comunidad Francisca Blanco

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