Integración de Chile al Mercosur: escenarios y perspectivas

son relevantes en el comercio Chile-Mercosur. Por ejemplo, el cobre representa el 50% de las exportaciones chilenas a Brasil, por lo que el efecto sobre nuestra caída en las exportaciones a Brasil se explica más que por situaciones restrictivas por el efecto precio en el principal rubro de exportación. Es conveniente esperar un plazo más largo. Incluso antes de la crisis, en la Dirección Económica se pensaba que no era prudente hacer una evaluación del Acuerdo, por el breve período de tiempo pasado. Existen además otros aspectos que inciden en cualquier evaluación, pero podemos detenemos en algunos aspectos cualitativos antes de detenemos en lo cuantitativo. E~ primer lugar, Chile-Mercosur es un acuerdo cuyo cronograma de desgravación adolece de excesiva gradualidad. Chile siempre pretendió darle mayor velocidad a la desgravación arancelaria, pero se logró con un proceso de negociación con cuatro países con diferentes estructuras productivas, con diferentes dimensiones, con reservas de mercados de los países pequeños en función de los países más grandes a los cuales pretendían, de alguna forma, monopolizar las preferencias y no aceptar en forma plena una competencia en igualdad de condiciones con Chile. Esos elementos estuvieron presentes en la negociación, y dieron como resultado una gradualidad en el proceso de desgravación y también gradualidad desde el punto de vista de las sensibilidades que Chile tenía y tiene en determinados sectores, como es la agricultura tradicional. El resultado de este complejo proceso dio como resultado un acuerdo, tal ",ez el mejor pósible, pero en el que los plazos para llegar a la Zona de Libre Comercio son relativamente lentos. Es decir, tenemos que esperar unos 10 años a partir de 1996 para que se constituya la Zona de Libre Comercio como tal. En el 2006 se va a constituir esta zona y lo sustancial del comercio recíproco va a alcanzar arancel cero, sálvo aquellos productos que quedaron en las listas de desgravación más lenta, donde ocupan un lugar importante por su impacto en el comercio los productos del sector agrícola tradicional chileno y los productos de la agroindustria exportadora. Esta situación de excesiva gradualidad o lentitud no es un proceso definitivo, sino habrá que buscar las oportunidades para emprender un proceso de profundización. al menos en aquellos productos que son de menor sensibilidad y que ninguno de los países expresó tener dificultades. Ehtre los grandes activos que tiene el acuerdo, no pretende este artículo hacer una revisión completa. El primero, y para cualquier evaluación que se haga hoy y en el futuro, es la preservación y profundización de las preferencias que estaban negociadas en los acuerdos bilaterales. Es decir, si no hubiera existido una negociación Chile– Mercosur, no tendríamos un tratamiento preferencial en un sinnúmero de productos que durante muchos años ampararon corrientes de comercio significativas en uno y otro sentido. Eso se habría perdido y Chile sería un tercer país frente a una Unión Aduanera muy consolidada, todavía imperfecta, pero en que la mayor parte de los productos circulan con arancel cero, y básicamente con un incremento del comercio intra-Mercosur muy significativo. Entre otros elementos positivos del acuerdo se encuentra el tratamiento que Chile ha recibido cuando se han aplicado restricciones al comercio. Concretamente Brasil se ha visto en situaciones de aplicar medidas restrictivas al comercio que son indeseables y nos afectan, pero de acuerdo a sus decisiones de política de comercio exterior las ha implementado dando un tratamiento más laxo, más flexible, si bien no de exclusión 28

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