Materia y memoria: tesoros patrimoniales de la Universidad de Chile

3. Memorial en homenaje a los miembros de la Univer- sidad de Chile víctimas de la Dictadura, ubicado frente al ágora de la Facultad de Filosofía y Humanidades, año 2003. La Facultad de Filosofía y Humanidades en su origen fue un organismo académico para el cultivo de las cien- cias y las letras. No tenía responsabilidades docentes, pero sí tutelaba la enseñanza en las escuelas primarias y colegios secundarios. Esta función la ejerció hasta el año 1860, cuando comenzó a regir la ley orgánica de en- señanza elemental. La Facultad continuó ocupándose de los procesos de reforma de los estudios secundarios, en particular en el Instituto Nacional, con la intención de que se aplicase en todos los colegios públicos, cues- tión a la que después se sumó el Liceo de Aplicación y, en el siglo XX, el Liceo Manuel de Salas. Estos vínculos con el sistema educacional nacional también son parte de su patrimonio. En el ámbito académico, la Facultad tiene un lugar in- discutido en la creación y difusión de una cultura “na- cional”, función que le fue encomendada especialmente en el ámbito de la lengua, la literatura y la historia. Los trabajos de sus académicos fundamentaron la reforma ortográfica, como los del propio Andrés Bello, así como la construcción de una historiografía nacional por me- dio de los concursos de memorias históricas anuales iniciados en 1844. La producción de sus académicos se encuentra ampliamente documentada en la revista Anales de la Universidad de Chile (véase cap.1). Debe des- tacarse tanto en el ámbito de los proyectos académicos como en los relacionados con la educación a José Vic- torino Lastarria (1817-1888), decano en 1860 y 1865, y a Diego BarrosArana (1830-1907), quien ocupó el cargo en varias oportunidades, llegando a ser rector de nuestra casa de estudios entre 1893 y 1897. Con la ley de enseñanza superior y secundaria promul- gada el 9 de enero de 1879, la Universidad pudo dictar planes de estudio y reglamentos de los colegios, propo- ner supresión o creación de clases, incidir en el nombra- miento o remoción de personal de los colegios, y con- tratar profesores extranjeros, entre otras facultades. En virtud de esta ley, la antigua Facultad de Humanidades se transformó en la Facultad de Filosofía, Humanidades y Bellas Artes, hasta que esta última pasó a ser un orga- nismo autónomo el 31 de diciembre de 1929. La influen- cia de la Facultad en el sistema educativo tiene otro hito en 1889 cuando se incorpora a ella el Instituto Pe- dagógico, proyecto defendido por Diego Barros Arana. En el siglo XX, la historia de la Facultad está estrecha- mente ligada a la del Campus Macul, lugar donde el Instituto Pedagógico se trasladó en el año 1950 (4) . Este proyecto de Universidad fue encabezado por el rector Juvenal Hernández, en el cargo entre 1933 y 1953. Sin embargo, fue el rector Juan Gómez Millas (1953-1963) quien lo consolidó. Se le dio su nombre al campus que 133

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=