Arte en la Chile - N°9 - page 6

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Arte en la Chile
Revista de la Facultad de Artes
REPORTAJE
lo que es interesante pensar en las posibles problemáticas que pueden surgir,
a través de la materialidad del espacio público, en esta área”, cuenta Lucas,
quien actualmente está realizando capturas sonoras en espacios de intemperie
sobre la pre cordillera y serán posteriormente instaladas dentro de contene-
dores de material de construcción vacíos como tambores de metal, tarros de
aceite y diluyente.
Danza, calle y pertenencia
Para el prof. Amílcar Borges del Departamento de Danza, trabajar en torno
a la calle es hacer emerger determinadas posiciones que están ocultas en la
ciudad. Salir a la calle es también develar otros puntos de vista y sobre esa
relación, con una diversidad de miradas, es que se entiende el concepto calle
en el cual el trabajo artístico está enmarcado. Es una propuesta o una manifes-
tación de acuerdo a las características propias que día a día se desarrollan en
una calle determinada, inserta en una cultura en particular.
En mayo de este año, el prof. Borges encabezó el proyecto colectivo
La Clí-
nica
, donde además de trabajar en un museo la relación cuerpo y resistencia,
desarrollaron actividades en espacios abiertos como la explanada contigua al
ex hospital Ochagavía en la comuna de Pedro Aguirre Cerda. Los vecinos de
la comuna en el espacio abierto participaron de esta actividad donde se recreó
una alternativa al hospital abandonado con elementos quirúrgicos que simula-
ban ser un centro de salud.
En el caso de la danza, el cuerpo resalta de qué manera la calle y los espacios
arquitectónicos instalan cierto formato en relación al cuerpo, sobre cómo de-
bes andar, caminar, el tamaño de las sillas, del techo o de los edificios. Todo
eso interviene y dialoga con el cuerpo y con la manera de habitar un lugar, una
calle determinada. “Cuando uno entra con la danza y va al piso en un lugar don-
de no se debería ir al piso, bajar en vez de subir, van delatando otras maneras
y otros modos de habitar la ciudad y otros modos de habitar los lugares o de
develar también otros comportamientos que son condicionados arquitectóni-
camente”, cuenta el prof. Amílcar.
Lo que ocurre en la calle, según el prof. Borges,
es que es imposible atrapar el fetiche. No hay
autoría, la obra no se atrapa, es efímera, pasa,
es un flujo. Muchos de los trabajos a su vez son
procesos creativos de colaboración, por lo que
¿hasta qué punto se puede decir que un acto es
de este artista o de otro? Desdibuja mucho los
límites de autoría cuando se realizan trabajos
que, en ocasiones, son multidisciplinarios.
“La autoría tiene que ver con los ambientes ins-
titucionales del arte, ya sea académico o estu-
diantil, pero en la calle generalmente está todo
pasado por el anonimato y los trabajos de inter-
vención también, por su extrañeza, por la fragi-
lidad del sentido. Lo que al interior del campo
tú piensas como sentido, como significación,
esa especie de sintaxis que armas con las de-
cisiones que tomas, en la calle puede trans-
formarse básicamente en nada. Simplemente
desaparecer ante la mirada de nadie, lo que
también integra una fragilidad de la práctica ar-
tística. Al interior del campo todo significa, todo
es legible, todo se puede reflexionar y discutir.
En la calle desaparece.”, concluye el profesor
Francisco Sanfuentes.
La autoría en las calles
Proyecto colectivo La Clínica. Fotografía: cortesía Amílcar Borges
“Quema de Portales” - Acción callejera, Cristian Inostroza
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