Arte en la Chile - N°9 - page 5

Arte en la Chile
Revista de la Facultad de Artes
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REPORTAJE
de propaganda Ramona Parra (B.R.P.) del partido Comunista
y Elmo Catalán (B.E.C.) del partido Socialista. Ellos comienzan
a usar las calles de forma sistemática como lugar y espacio
de propaganda como si fueran páginas donde se escriben los
mensajes.
La Brigada Ramona Parra realizó un gran trabajo para entender
y relacionarse con la calle. Analizaron el flujo de espacios, el
tamaño de la letra en relación a las distancias posibles, dónde
se ubicaba el lugar, si había o no paraderos cerca y hasta la
velocidad de la persona o el autobús al pasar. Así pasaron a ser
parte del patrimonio visual chileno.
Con el golpe de Estado viene un silencio brutal. La violencia
se apoderó de las calles e impulsó una actividad clandestina,
mínima, precaria y efímera para subvertir los lenguajes oficiales
en pinturas y murales de poblaciones, calles y lugares concu-
rridos. “Es ahí donde se cruza con la escena avanzada, donde
comienzan a elaborar una serie de trabajos en la calle pero que
son de otra naturaleza: ingresa la performance a la calle, el acto
performático, el cuerpo genera la obra en la calle. Esto porque el
grado de violencia que se vive es tal que el que ejecuta la obra,
de alguna manera la padece en su propio cuerpo. En este caso
la realidad era tan intensa, tan violenta, tan brutal que el arte
tenía que hacerse cargo de eso”, cuenta el prof. Sanfuentes.
“Aparece Diamela Eltit que habla de las calles de Maipú, Elías
Adasme que se cuelga como un pedazo de carne al lado de un
mapa de Chile en la estación de metro Salvador, una persona
que hace su recorrido en las paradas con una fotocopia de su
hermano detenido desaparecido. Empiezan a generarse otro
tipo de acciones que buscan explorar otros lenguajes, otro tipo
de relación con un posible transeúnte/espectador, desmarcán-
dose de las estéticas tradicionales que de algún modo estaban
completamente colapsadas porque se asociaban a la pintura, y
la pintura, a su vez, se asociaba a una especie de complicidad
con el estado de cosas”, agrega el profesor del Departamento
de Artes Visuales.
En los 80’ el muralismo comienza a retornar y se cruza con la
estética globalizada del graffiti. Mientras, y finalizando la déca-
da, la Universidad de Chile comienza a dar mayor énfasis en el
trabajo en la calle.
La calle y sus sonidos
No sólo las artes visuales dominan la vereda artística en la calle,
ya que también otras disciplinas se han atrevido a este nuevo
tipo de expresión artística. Para Constanza Ipinza, estudiante
del Diplomado de Postítulo en Arte Sonoro de la Facultad de
Artes, la calle entrega una gran cantidad de actos/situaciones
y actores que pueden ser un material sonoro o el escenario
de un proyecto en concreto. “La cantidad de sucesos que se
desarrollan, la mayor parte del tiempo traen consigo un sonido
significante que no es del todo concientizado en la escucha
cotidiana, y por tanto lo asumimos como un “background” del
paisaje que está allí
per se
”, afirma.
Para esta artista, la información sonora que está circulando en
el espacio público nunca se repite, es temporal e inigualable,
muchas veces de un modo casi imperceptible, y sus cambios
son tan lentos a lo largo del tiempo que sólo una escucha aten-
ta permite su reconocimiento. “Por lo mismo la calle puede ser
una plataforma de intervención sonora. En ella podemos insta-
lar un material sonoro y cambiar una característica del paisaje,
o también de ella podemos recoger un material sonoro y elabo-
rar una propuesta nueva”, dice Constanza.
Para Lucas Giavelli, pintor titulado de la Universidad de Chile
y también estudiante del diplomado en Arte Sonoro, la calle
es un espacio impregnado de significancias sociales, un sitio
compartido en donde las acciones individuales pierden su pri-
vacidad. Es una plataforma muy utilizada dentro de las disci-
plinas artísticas debido a su enorme potencial como soporte
expresivo.
“La sonoridad es un recurso, tal vez menos frecuentado, pero
de un abismal poder comunicativo. El desarrollo del arte a tra-
vés del sonido ofrece nuevas nomenclaturas perceptivas, por
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