Arte en la Chile - N°8 - page 5

Arte en la Chile
Revista de la Facultad de Artes
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REPORTAJE
Sector teatral: apoyo estatal
y contratos
Esta es el área laboral que tiene más carencias económicas, ya
que quienes se dedican al rubro teatral no pueden vivir de esa
actividad de manera exclusiva. Además, no es sencillo norma-
lizar el quehacer teatral en términos laborales ya que “muchas
veces sucede que los proyectos se levantan a pulso o por un
director o por un equipo de trabajo o producción, y los actores
muchas veces no tienen la posibilidad de optar, incluso, a suel-
do”, cuenta el profesor Marco Espinoza.
En ese escenario, resulta difícil conseguir recursos previo al es-
treno de cada trabajo, siendo una opción más real acceder a
dineros por concepto de giras o venta de funciones, momento
en el que la relación laborar se formaliza, pero en general se
hace a través de la compañía y no de los actores. “La compa-
ñía
Fiebre
, por ejemplo, trabaja constantemente con un con-
trato hecho, pero eso sucede en muy pocos casos”, dice el
prof. Espinoza, quien tiene experiencia tanto en montajes inde-
pendientes como en otros de corte más comercial o masivo.
Para regularizar este tipo de situaciones también está teniendo
un papel activo el Ministerio del Trabajo y el área de fomento del
Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA). “Creamos la
Plataforma de Artes Escénicas, que nace emulando la experien-
cia audiovisual, la cual reúne a salas de teatro, técnicos, actores,
escenógrafos, diseñadores, bailarines y artistas de circo. Nos
hemos sentado en una mesa para poder dialogar con el CNCA
en torno a esta nueva institucionalidad y ver cómo avanza y se
profesionaliza nuestro sector”, cuenta la presidenta del Sidarte.
“El trabajo del actor siempre ha sido un oficio que se enseña
de generación en generación y es prácticamente una artesanía
porque se aprende en la práctica, no en la teoría. Sin embargo,
cada día se está profesionalizando más y dentro de este con-
texto económico mundial necesitamos acreditarnos como pro-
fesionales para poder obtener ciertos beneficios que la legisla-
ción laboral vigente nos podría permitir”, afirma Marco Espinoza.
Soy actor/actriz y soy profesional
La campaña de Sidarte
Soy actor/actriz, soy trabajador(a)
se
creó este año para motivar el ingreso del Sindicato a la Cen-
tral Unitaria de trabajadores (CUT) “bajo la premisa de que los
actores y actrices necesitamos un trato digno donde se respe-
ten y realicen efectivamente contratos de trabajo”, dice Andrea
Gutiérrez. Tras este eslogan comenzó a crecer y fortalecerse la
idea de que los intérpretes deben contar con remuneraciones
y garantías sociales como el resto de los trabajadores del país.
“Los actores no tenían derechos laborales concretos. Cada uno
lograba asegurar su futuro guardando dinero para la vejez. No
es extraño ver a actores ancianos con escasos recursos o es-
perando algún premio de reconocimiento a su trayectoria que
les permitiera sobrevivir decentemente. Esto no sólo ocurre con
los actores, en general con los diseñadores también”, afirma el
profesor y diseñador teatral Germán Droghetti del Departamen-
to de Teatro de la Universidad de Chile. Hoy actores y actrices
exigen que su vínculo con el empleador sea claro y con los
derechos y beneficios correspondientes.
Si bien esta lucha es compleja, se han conseguido pequeños
triunfos que fortalecen el trabajo que se viene dando desde los
gremios. Un ejemplo de ello es el actor Álvaro Espinoza, quien
demandó a TVN tras su despido injustificado antes de finalizar
su contrato. La demanda fue respaldada por Chileactores, aso-
ciación del área audiovisual encargada de ayudar y vigilar que
los contratos y las indemnizaciones se paguen cuando corres-
ponde. “Chileactores además es una organización con carác-
ter social y todos los recursos que tienen son a través de una
fundación. Ayudan a los compañeros cuando están en alguna
dificultad legal o apuro económico”, indica Andrea Gutiérrez.
Trama, un proyecto global
Sidarte y Chileactores son agrupaciones específicas para los
intérpretes y tienen como objetivo defender y también apoyar
el trabajo de actores y actrices, aunque, no son los únicos a
quienes movilizan estas temáticas.
El Observatorio de Políticas Culturales (OPC), junto con otras
instituciones culturales como Matucana 100, Balmaceda Arte
Joven, el Programa Santiago Creativo de CORFOACTI y la Cor-
poración Santiago Innova, están a la cabeza de una iniciativa
que busca crear un catastro de profesionales del área cultural
para realizar un estudio en profundidad de la empleabilidad y la
sustentabilidad económica de quienes se dedican y trabajan en
el sector artístico-cultural.
Proyecto Trama, Red de Trabajadores de la Cultura
es el nom-
bre de esta iniciativa que se implementará en cuatro regiones
(Antofagasta, Valparaíso, Metropolitana y Maule) y tendrá una
duración de tres años. Permitirá conocer quienes conforman
este campo, cuántos son y en qué condiciones se encuentran,
de esta forma se podrá determinar las principales necesidades
del sector artístico profesional de nuestro país. A la fecha, aún
se encuentra abierta la invitación a responder una encuesta on
line disponible en el sitio
Fotografía: gentileza Departamento de Teatro
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