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Arte en la Chile
Revista de la Facultad de Artes
REPORTAJE
El golpe puertas
adentro
Funcionarios, académicos y ex miembros
de la comunidad de la Facultad de Artes
rememoran cómo vivieron el 11 de
septiembre de 1973. Varios de ellos pasaron
esa histórica jornada en la sede Alfonso
Letelier Llona. Aceptaron nuestra invitación
a recordar esas dramáticas vivencias, a 40
años del golpe de Estado.
Por Gabriela González y Macarena Montes
C
orría septiembre de 1973 y en Chile hace rato circulaba
el rumor de que se produciría un golpe de Estado enca-
bezado por las Fuerzas Armadas. No se sabía cuándo,
pero sí que el gobierno de Salvador Allende sería interrumpido.
Al tanto de aquello, Eugenio Fierro, funcionario, deci-
dió viajar a Osorno a visitar a su familia. Tardó dos días en
llegar a la ciudad porque los caminos estaban interrumpi-
dos. Llevó alimentos porque la escasez se sufría en todo
el país. Tras cerciorarse de que los suyos estaban bien, re-
gresó a Santiago la madrugada del 11. A las siete de la ma-
ñana estaba en la Facultad. “Ya había movimiento”, dice.
También estaba al tanto de los rumores golpistas, el funcio-
nario Julio Ortíz, quien en esos años se desempeñaba como
auxiliar del Instituto de Extensión Musical y a diario llega-
ba a la sede cerca de las siete de la mañana. Recuerda que
su viaje transcurrió con normalidad hasta que llegó a la Ala-
meda. “Estaba lleno de milicos y de pacos. El bombardeo
fue más tarde, pero a esa hora ya se estaban preparando”.
Igualmente llegó temprano a la sede centro Rodrigo Torres, en-
tonces estudiante de Musicología. Tenía una prueba fijada y por
eso apareció por el lugar cerca de las ocho de la mañana. “Fue un
martes muy luminoso y helado”, recuerda. Agrega: “aun cuando
sabía que estaba por producirse algo muy fatal, no sabía que ese
era el día, pero en el caminome di cuenta que el día había llegado”.
En el edificio se encontraron con funcionarios, estudiantes
y profesores y vivieron horas de incertidumbre en las que
los preparativos para el ataque a La Moneda se iniciaron.
En tanto, en la sede centro del Departamento de Cine
de la universidad estaban reunidos esa mañana Héctor
Ríos, Luis Mora, Claudio Sapiaín y Pedro Chaskel. Jun-
tos escuchaban a través de la radio las informaciones
acerca del golpe y con estupor oyeron cuando se anun-
ció que cerca del mediodía se bombardearía La Moneda.
Al escuchar vía radio la confirmación del bombardeo, el equi-
po de la Cineteca decide abandonar el lugar y refugiarse en el
departamento de uno de los miembros del grupo. Antes de
salir, Pedro Chaskel toma una cámara de 16mm y una pelí-
cula virgen. Aún no había comenzado el ataque y ya había
militares en las afueras del edificio. Uno de ellos lo intercep-
ta y le consulta por el aparato que llevaba. “Es un fotómetro”
contesta. Por desconocimiento, el gendarme lo deja salir.
Ya en el lugar, Chaskel comienza a filmar desde una de las ven-
tanas el ataque de los aviones al palacio de gobierno. Este ma-
terial es de los pocos que en la actualidad existe del suceso.
Un temblor muy fuerte
