Palabra Pública N°18 2020 - Universidad de Chile

El escritor Óscar Barrientos lleva más de cien días encerrado en su casa, junto a su familia, en el barrio croata de Punta Arenas, su ciudad natal. Una cuarentena voluntaria que le ha permitido, de todas formas, observar cómo la pandemia ha afectado a la capital de la región de Magallanes. Un lugar habituado al aislamiento y que luego de vivir intensamente el estallido social de octubre ahora lucha para sobrellevar una crisis sanitaria que estuvo dos veces a punto de colapsar la red de salud. POR DIEGO ZÚÑIGA —A los magallánicos el ais- lamiento no nos resulta algo nuevo. No es una palabra ajena. El que habla es el escritor Óscar Barrientos, por teléfono, desde Pun- ta Arenas. Lleva encerrado en su casa junto a su pareja y sus dos gatas desde el 16 de marzo, un par de días des- pués de que se conocieron en Chile los primeros casos de contagiados por el Covid-19 y donde la capital de la región de Magallanes fue una de los que registró, muy temprano, un caso positivo: un día después de que Barrientos comenzara una cuarente- na voluntaria, se daba a conocer en Punta Arenas la noticia de un primer contagiado, un alumno de la Uni- versidad de Magallanes, de 23 años, que trabajaba como guía turístico. A partir de ahí, la ciudad ha atravesado un vaivén de experiencias con la pan- demia y que Barrientos considera que se podrían dividir en tres momentos: —Lo primero fue el tema de los cruceros, cuando se dijo que no era prudente la entrada de cruceros y un montón de gente fue al Muelle Prat a evitar que desembarcaran los turistas. Lo segundo fue la noticia de que Punta Arenas, en un momento, a principios de mayo, se convirtió en la comuna de Chile con más tiempo en cuarentena. Yo creo que eso a todos nos puso un poco nerviosos, era difí- cil. Y el tercer momento importante fue cuando levantaron la cuarentena y empezó esta “nueva normalidad”. Ya llevamos un rato así, pero el rebro- te sorpresivo de hace unas semanas volvió a complicar las cosas. El rebrote del que habla Barrientos ocurrió en dos plantas pesqueras que estaban funcionando sin los resguar- dos sanitarios a comienzos de junio. Ambos lugares fueron clausura- dos por la autoridad sanitaria. Las cifras de la región, a comien- zos de julio, muestran que son más de 1.500 los contagiados y que han fallecido 15 personas producto del Covid-19. Unos meses antes, a fines de abril, Ciper Chile publicaba un reportaje titulado: “La receta de Punta Are- nas: dos veces ha estado al borde del colapso y su red de salud respondió”. En ese momento, Punta Arenas era la ciudad que tenía el mayor nivel de contagio en el país. Por eso tuvieron que reaccionar rápido para evitar el colapso: aumentaron sus camas UCI, reorganizaron turnos y montaron un laboratorio para procesar exámenes de detección y así no tener que depender de los laboratorios de Santiago. —Ahora todo parece un poco más tranquilo, pero en realidad no hay ninguna certeza. *** Óscar Barrientos Bradasic nació en marzo de 1974 en Punta Arenas, ciudad donde ha vivido la mayor par- te de su vida. Es profesor de Litera- tura —hace clases en la Universidad de Magallanes— y ha publicado más de diez libros, entre novelas, cuentos y poesía: Trilogía de Puerto Peregrino (Cinosargo, 2015), Paganas patago- nias (LOM, 2018) y Saratoga (Eme- cé, 2018) son algunos de sus últimos y celebrados títulos. Vive en el barrio croata y lleva más de cien días en cuarentena. Ahora sus alumnos de la universidad están en paro virtual. 75

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