Palabra Pública N°18 2020 - Universidad de Chile

un Bolsonaro o unTrump; cuando ya empiezas con este tipo de líderes, se pierde todo equilibrio y espero que Chile logre mantener esa especie de equilibrio, renovando su Constitu- ción, yendo hacia adelante, incorporando las inquietudes de los jóvenes y contestatarios. —¿Usted ve posibilidad de que aparezca una iz- quierda en la región que le haga el contrapeso a estas derechas populistas? Creo que no han dado la talla, en parte porque la iz- quierda oficial que ha gobernado en los últimos tiempos ha sido también una izquierda populista y supeditada por el petróleo, como el chavismo. Parte de la izquierda se ha corrompido, no digo necesariamente que todos los líderes, por ejemplo, no creo que Lula fuese corrupto, pero sí lideró un sistema que fue corrupto y quizás ese ha sido el problema de las izquierdas que ganaron por las urnas en los años 90: llegaron a liderar sistemas ya capitalistas e hicieron alianzas con sectores que parecían amigables o que les dejarían go- bernar. Lula pudo crear su sistema Bolsa Familia para ayudar a los 30 millones de brasileños que vivían en el fondo del barril, pero a cambio tuvo que dejar a capitales de industrias y multimillonarios, ya muy corruptos, junto a un sistema parlamentario corruptísimo. No supo lidiar con ese bicho a tiempo y finalmente ese bicho se lo comió a él. Creo que tenemos que dejar de hablar de izquierdas, de momento, y empezar a mirar a los movimientos, como el de Greta Thun- berg que es símbolo del activismo en aras del futuro por el cambio climático y que es muy estimulante y da esperanza, o el movimiento antiracista, de donde también pueden na- cer nuevos liderazgos, una especie de izquierda que es joven, idealista y que tiene una bandera capaz de aglutinar y llevar consigo sectores de la población al poder. —En todo este panorama de democracias frágiles y liderazgos cuestionables, ¿cómo ve al periodismo en su rol de cuestionar al poder? Más que nunca, el periodismo es clave y necesario. De nuevo, desde que Trump llegó al poder y empezó a vilipen- diar a los medios y a los periodistas sentó un precedente que ha sido nefasto en Occidente y ejemplo para otros líderes represivos. El hecho mismo de que Trump esté tan obsesio- nado con la prensa nos demuestra lo importante que somos. El periodismo es la señal de humo de los tiempos antiguos, sin él la población quedaba desinformada sobre la llegada de los enemigos, si no lo hacemos bien, puede haber una masacre, tenemos que cumplir con nuestro trabajo e inten- tar plasmar la realidad de forma sincera, ni siquiera objetiva, porque la población vulnerable no tiene más defensas que nosotros. Sin fiscalización, inclusive benévola por parte de la prensa, el poder se convierte en una perversión de sí mismo y no trabaja para la población sino en contra, se vuelve algo parasitario. Por eso, la libertad de expresión e información es casi tan vital como el servicio médico en una sociedad. He- mos vuelto a ver en esta pandemia cómo los populistas han querido manipular y jugar con la información, increpar a los periodistas que únicamente han querido informar sobre un mal de verdad, un virus que mata. Realmente no ha habido un tiempo en mi vida profe- sional que yo recuerde en donde ha sido tan desafiante la situación para el periodismo, porque viene encima con el gran desafío que impusieron las nuevas tecnologías, que a su vez demolieron las plataformas económicas de soporte a la prensa tradicional hace 10 años, que si bien democratizaron el ambiente en el que cada uno puede tener un blog, ¿quién te lee?, ¿cómo logras canalizar tu mensaje a la población?, ¿cómo logras que la gente te distinga entre tantas otras voces? —Ciertamente, hoy los medios tradicionales están hundiéndose cada vez más. ¿Cree que desaparezcan total- mente los medios de papel? El futuro es incierto. No sé si muchos van a seguir impri- miendo en papel o no, creo que de aquí a 10 años será algo boutique, es decir, la gente que tenga dinero y quiera recibir su revista impresa pagará por una suscripción, como a quien le gusta un par de zapatos. En EE.UU . está lleno de plutó- cratas comprando medios: Jeff Bezos compró el Washington Post y lo salvó de morir, la viuda de Steve Jobs compró The Atlantic y California Sunday Magazine, y otro tipo que es bi- llonario compró la revista Time. Y bueno, menos mal alguna de esta gente rica se ha dado cuenta de que la vida es corta y no pueden llevarse toda su fortuna a la tumba. Lo hacen quizás por vanidad, quizás por un sentimiento social, no me consta, pero es triste que hayamos llegado a esta etapa de la civilización donde todavía tengamos que depender de gente a quienes los hemos dejado ser tan ricos y que a su vez sean los mecenas de los medios, cuando lo ideal sería, en una so- ciedad justa e igualitaria, que fuesen los mismos ciudadanos quienes solventaran su prensa. Una postal de Jon Lee Anderson en Guiza, El Cairo. 38

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