Palabra Pública N°16 2019 - Universidad de Chile

productos importados está castigando a los productores chilenos, se empieza a reemplazar una cosa por otra y se va produciendo este fenómeno que nos deja con escasez de algo a lo que nos habíamos acostumbrado. Eso produce desempleo, baja de salario y ha sucedido muy frecuente- mente. En los últimos 20 años ha ocurrido cuatro, cinco veces en América Latina y en Chile. —De alguna manera deberíamos salir del paradig- ma de que el mercado “sabe” y que puede decidir por cuenta propia. Lo que hemos visto en los últimos años es precisamente eso, que la política dejó de tomar de- cisiones que quedaron sólo en manos del mercado. En ese contexto, ¿qué posibilidades reales tenemos hoy de que se instale con fuerza la disputa por el modelo eco- nómico que nos rige? Bueno, el tema no sólo está en Chile, todos estamos pensando con qué se reemplaza el neoliberalismo. La deci- sión no es entre “mercado y no mercado”, sino sobre qué mercado y quién manda en lo estratégico, y ahí están las políticas públicas, un conjunto de políticas públicas que deben empujar una transformación productiva. Tenemos una torta chica y hay que agrandarla creciendo en los sec- tores bajos y medios y reduciendo la volatilidad y la infor- malidad. ¿Son estas cosas posibles? Claro que es posible. Lo hicieron en su época los europeos en la posguerra con una economía destruida. Reconstruyeron un sistema de manera inclusiva, con participación muy importante de los traba- jadores. Son cosas posibles y no hay que creer eso de que “en estos tiempos no se puede porque está la globalización”. —O sea, ¿no se trata de un camino sin salida? Tenemos que corregir la globalización. No podemos cambiar la globalización del mundo, pero podemos mane- jar lo que entra a nuestro mercado interno; no podemos manejar qué les pasa a nuestras exportaciones afuera, va a depender de lo que pase en el mercado de demanda del cobre, qué se yo, pero adentro podemos hacerlo, lo hicimos entre el 90 y el 96. —Y en términos concretos, ¿cómo se cambia un mo- delo político y económico? Tenemos que corregir la Constitución, que daba algunos espacios, pero quitaba otros. Pudimos avanzar en los 90 con esa Constitución, pero te ponía trabas. La nueva Constitu- ción no debería poner esas trabas, debería abrir espacios. —Usted suele hablar de gradualidad y respecto a la consigna “no son 30 pesos, son 30 años” ha dicho que las últimas tres décadas no han sido homogéneas en nuestro país, que ha habido avances y retrocesos, pero que definitivamente no enfrentamos el mismo panora- ma que teníamos cuando se derrocó la dictadura. Sí, decir que no pasó nada en 30 años es un profundo desconocimiento de la realidad y cuando uno desconoce la realidad se dispara a los pies, es un suicidio. De partida, los 30 años perdonan a la dictadura, y los 17 años de la dicta- dura dejaron profundas huellas regresivas y una torta me- diocre, lo que se llama el PIB, el Producto Interno Bruto. Durante los primeros años de la democracia crecimos, la torta se agrandó, aumentó el empleo, la desocupación dis- minuyó y se acortó la brecha de salarios entre hombres y mujeres. En los 90 controlamos los mercados financieros, el Banco Central puso barreras a los flujos especulativos, subió los impuestos, les puso impuestos a las empresas, pero tuvimos que esperar otros 20 años para la reforma que hizo la presidenta Bachelet. Tuvimos que esperar 24 largos años y deberíamos haber hecho reformas tributarias cada diez años, razonables, graduales, que van preparando el terreno. Hacer eso en el momento oportuno hace una gran, gran diferencia. —¿Cree que lo que estamos viendo actualmente tiene que ver con una acumulación de insatisfacción producida por todas esas medidas que no se tomaron a tiempo? Creo que lo que sucedió es que se iban detectando pro- blemas y se iban tirando para adelante. Hubo inercia en educación, inercia en el Sename, inercia en lo tributario, inercia en la capacitación laboral, inercia en las pensiones. Recién en 2008 tuvimos una gran reforma con la presiden- ta Bachelet y eso fue un salto cuántico, significativo, pero no llegó a la meta, la meta estaba más adelante. —Ha mencionado en varias ocasiones a la presidenta Bachelet y hace algunos meses se refirió a las críticas que ella recibió por su manejo económico a pesar de que sus cifras no habían sido tan escuálidas. ¿Cree que el actual estallido pudo haberle ocurrido a la presidenta Bachelet o a otro presidente antes que ella o tiene que ver con las características del gobierno del presidente Piñera? Me saca mucho de mi ámbito de entrenamiento. Creo que ha habido un cúmulo de errores en los proyectos de reforma, partieron mal, varios de ellos sacaron los choros del canasto y después hubo inercia para responder oportu- namente. Como he repetido en los años 96 y 97, “cuidado con seguir abusando de la paciencia de la gente”. Todos los gobiernos, desde el actual hasta finales de los 90, fue- ron deficientes en el manejo macroeconómico, no tomaron medidas suficientemente adecuadas para librarnos de estas fluctuaciones, de esta especulación proveniente del exterior. Nos abrimos de brazos frente a eso. Esta entrevista es una breve síntesis de la que se realizó el 29 de noviembre de 2019 en el programa radial Palabra Pública de Radio Universidad de Chile, 102.5. 53

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