Palabra Pública - N°13 2019 - Universidad de Chile

“Es importante poner atención a las acciones de resistencia y trabajo colaborativo que vienen de iniciativas de colectivos feministas y de la comunidad LGTBQ, porque es clave que las organizaciones tomen como parte de su trabajo político y de su agenda de trabajo comprender cómo funciona y cómo pueden hackear también la tecnología”. reciente estudio de Fundación Datos Protegidos, junto a la ONG Amaranta, señala que más del 80% de mujeres que fueron encuestadas para el estudio ha sufrido algún tipo de violencia online . Recientemente, hemos visto la denuncia públi- ca y mediática del caso nido.org , una página en for- mato image board (también conocido como tablón de imágenes , un tipo de sitio web anónimo, desa- rrollado en Japón y basado en los formatos de pá­ ginas web que funcionan como foros de discusión o conversación, como el famoso 4chan.com) que llevaba más de cuatro años de existencia, tenía más de 10 mil usuarios registrados y que entró dentro del radar de las policías a través de una alerta de mensajes de amenazas de acoso y hostigamiento a chicas jóvenes (y menores de edad) que llegaron a grupos de WhatsApp. Años antes, muchas habían sido las mujeres que habían denunciado y alertado que imágenes de ellas estaban allí, pero ninguna de estas advertencias fue acogida por la policía especia- lizada, en parte porque el delito no estaba tipificado en el Código Penal chileno. Peor aún, muchas ve- ces, al ir a denunciar o a exponer el caso, la respuesta era: “para qué sube o se saca fotos” o “algo tiene que haber hecho usted para que el otro reaccionara así”. La violencia contra las mujeres y personas LGT- BQ en el mundo online es real, ya sea a través de un mensaje amenazante que llega en un muro de Facebook o a través del mensaje de WhastApp de una expareja; es tan real y concreta como los golpes que pudieron haber recibido previamente de parte de esa misma persona. Es real cuando una mujer lesbiana, un hombre gay o una persona trans ex- pone sus puntos de vista y opiniones y por ellos es amenazada/o con recibir agresiones físicas, las que en muchas ocasiones también afectan a su entorno más cercano o familiar. Acá serán claves los proyectos de ley con los que el Ejecutivo se ha comprometido para tipificar situacio- nes y conductas de ciberacoso o violencia de género online , de manera que se establezcan procedimientos para realizar denuncias seguras y para que los casos se investiguen hasta establecer las penas correspondientes a los nuevos delitos que se espera se vayan tipificando. Pero también es importante poner atención a las acciones de resistencia y trabajo colaborativo que vienen de iniciativas de colectivos feministas y de la comunidad LGTBQ, porque es clave que las organizaciones tomen como parte de su agen- da comprender cómo funciona y cómo pueden hackear también la tecnología. Algunas de las ini- ciativas pioneras que se han creado desde América Latina son el trabajo de la plataforma Domine- mos la Tecnología, desarrollado por la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC), la plataforma de AcosoOnline, que se coordina des- de Chile para América Latina con información y orientación sobre pornografía no consentida, el trabajo de colectivas feministas como Luchadoras de México y Ciberseguras. Abrir espacios de colaboración y debate entre los sectores de las organizaciones de la sociedad ci- vil, la ciudadanía, el sector público y la academia es clave para avanzar en el desafío de actuar desde las resistencias y de innovaciones que tienen que ver con construir una internet segura y libre para todas, todos y todes. 45 DOSSIER

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