Palabra Pública - N°13 2019 - Universidad de Chile

“La educación de mercado chilena ha sido la más extrema” En medio de una época de paradojas, la profesora titular e investigadora del CIAE de la Universidad de Chile recorre una parte del mapa estructural del país, apostando por la profundización de una enseñanza mixta y no sexista. En esta entrevista se refiere a la meritocracia como un concepto sobre el que no se puede edificar una sociedad tan desigual como la chilena. J usto al lado de la Federación de Estudiantes, en la calle que lleva el nombre del periodista asesinado en dictadura, José Carrasco Tapia. En el centro de la ca- pital de Chile, un país donde las estructuras educa- cionales se han movido en los últimos años bajo la presión de una calle que ha movilizado a escolares, familias, uni- versitarios, mujeres. Ahí está el edificio del Centro de In- vestigación Avanzada en Educación (CIAE), desde donde Beatrice Ávalos, profesora titular de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Educación, observa el devenir de la historia, siendo protagonista de una época de paradojas. El diálogo se da entre viajes, en abril, justo antes de reci- bir de parte de la Asociación Norteamericana de Investiga- dores en Educación (AERA) un premio a la trayectoria que honra el compromiso de largo plazo con la comprensión de la vida y la carrera de los docentes. AERA es la asociación de investigación interdisciplinaria más grande del mundo de- dicada al estudio científico de la educación y el aprendizaje. En el CIAE, que cumple una década de existencia, Áva- los hace un mapa de estos días en que el Instituto Nacio- nal —al menos la mayoría de sus estudiantes— puja por ser mixto; el Ministerio de Educación insiste en no otorgar gratuidad a quienes se atrasan en la educación superior; el gobierno asume una discusión que merece una densidad estructural —y que no se está dando— sobre lo que el POR XIMENA PÓO F. FOTO: ALEJANDRA FUENZALIDA Beatrice Ávalos, Premio Nacional de Educación: Ejecutivo llama Aula Segura y Admisión Justa; y el finan- ciamiento a la gratuidad se fragiliza si no se aumentan los impuestos a quienes reciben mayor renta en Chile. El mapa de Ávalos —profesora de aula de Historia y Geografía y doctora por la St. Louis University— conecta cada uno de estos puntos con un concepto que de tanto ser nombrado se normaliza: la meritocracia, una idea confusa, ya que no se puede hablar de méritos cuando las condiciones de base no son las mismas para todos. El derecho a la educación debería estar garantizado ahora que ésta se observa culturalmente como un derecho y no un privilegio. Pero ese giro “está en crisis porque no al- canzan los recursos”, sostiene la investigadora. Por ejemplo, y en relación a quienes se atrasan en la duración de su carre- ra universitaria, ese derecho se quiebra. “Cuando se discute la gratuidad se asume que quien recibió plata para estudiar gratis la va a usar responsablemente, va a estudiar al máxi- mo y va a terminar a tiempo. Con ese presupuesto se em- pieza a discutir y se aprueba la ley. Es el perfecto concepto meritocrático. Pero ahora nos damos cuenta de que aunque el o la estudiante se haya esforzado mucho, entró con una base inferior y no logra competir bien con los otros. Resulta que su vida familiar es compleja, entonces queda rezagado. Antes, atrasarse hablaba incluso de buena formación . Pero no funciona así. Tenemos, además, una formación univer- 36

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