Palabra Pública - N°12 2018 - Universidad de Chile

“Estamos en un momento donde los artistas necesitan de herramientas y del apoyo que en este caso les estamos ofreciendo para poder entender el código de las ciencias y generar un lenguaje”. ducciones que son nuevas obras que parten de la cola- boración con diferentes instituciones y el trabajo de las residencias de algunos artistas. Una de ellas es una obra que se llama Halo, del dúo británico Semiconductor. Estos artistas estuvieron en residencia con nosotros en 2015 y cuando se fueron continuaron en contacto con los científicos, siguieron viniendo a menudo, por lo menos una o dos veces al año, y desarrollaron varias lí- neas de trabajo. En esta línea concreta de Halo trabaja- ron con los datos en bruto de un experimento, el Atlas, y con esos datos generaron una instalación inmersiva en donde los espectadores se sienten rodeados de un escenario en donde existen colisiones de partículas al- rededor. Estos artistas trabajaron con los datos de las colisiones que tienen lugar en el gran colisionador de partículas y con científicos que les enseñaron y apoya- ron a la hora de digitalizarlos en algo más experiencial. Esta es una de las grandes obras de nuestro programa. ¿Cómo ha sido el desafío para los artistas de acer- carse a estas llamadas “áreas duras” del conocimien- to? ¿Hay una diferencia de códigos al hablar? -Sí, totalmente. Estamos en un momento donde los artistas necesitan de herramientas y del apoyo que en este caso les estamos ofreciendo para poder entender el código de las ciencias y generar un lenguaje. Por ex- periencia veo que con este apoyo haces que exista una masa crítica que es capaz de transmitir al ciudadano ese mismo lenguaje de diferentes formas. Sin duda estamos en un momento temprano, porque la física es el gran desconocido de la ciencia para casi todos nosotros. ¿Cómo te lo explicas? -Yo creo que es educación lo primero. La física no se enseña bien. Se enseña como las matemáticas, como un cálculo, cuando la física tiene una capacidad intui- tiva muy interesante; es un juego mental. Sin embargo, hay cosas que son muy difíciles de entender. Necesita- mos más allá de nuestros sentidos y a menos que desde pequeños nos enseñen cómo pensarlas de otra manera, no tenemos esa intuición desarrollada. Los científicos tienen en su formación un trabajo muy radical para desarrollar esa intuición. Otros tienen el don. Pero la mecánica cuántica en sí misma te habla de una natu- raleza que no es lineal, una naturaleza en donde algo sucede al mismo tiempo en distintos sitios y por azar. No hay leyes. Donde incluso, si alguna vez un expe- rimento lo pudiera permitir, existiera la teletranspor- tación. Cosas que al final se han utilizado en ciencia ficción, pero en términos del día a día, en educación no se han mostrado como una certeza. De modo que tiene muchas fronteras para llegar a entenderlo y nin- guno de nosotros, con excepciones, tiene ese lenguaje. Estando en un lugar donde se hicieron los descu- brimientos más importantes de la ciencia recientes, como el Bosón de Higgs, ¿de qué manera el acerca- miento a la materia misma puede potenciar el trabajo artístico? ¿Cómo refresca los desafíos del arte actual? -El arte actual se enfrenta, como cada uno de noso- tros, a un crecimiento exponencial de unas capacidades que van más allá de lo humano. Cualquier artista que venga al CERN verá que la dimensión y la complejidad de las máquinas con las que observamos la naturaleza ahora van más allá de nuestra naturaleza humana. Se ve la naturaleza a través del lente de la ciencia y la ciencia es una grandísima complejidad. Entonces nosotros lo que podemos ofrecer es un contexto en donde el artista pueda negociar y pueda trazar su propio itinerario, en un lugar que es radicalmente distinto a lo que estamos habituados. La cien- cia que se hace en estos laboratorios es una ciencia que ya está en un presente continuo muy acelerado y al artista lo ponemos en contacto con los científi- cos que están haciéndola. Y ya no sólo es en torno a la ciencia, también son las preocupaciones de un científico, es lo que conocemos, lo que vemos, lo que queremos ver, inducimos a la máqui- na a verlo, estamos más allá de la má- quina. Las ontologías. Cuál es nuestro marco de conocimiento y si nosotros lo estamos situando y construyendo. O sea que a un nivel filosófico también hay muchísima capacidad de desarrollo de un discurso artístico, sociológico, et- nográfico, incluso económico y diplo- mático de la ciencia. Hay mucha diversidad posible y nosotros lo que estamos proporcionando ahora es un contexto para eso. Es un contexto en el que quizás también se facilita la reflexión política sobre la ciencia -Es posible eso también, no es lo único, pero es una perspectiva que es posible, porque estamos en el laboratorio más importante del mundo, o uno de los cinco más importantes del mundo, donde se construye la ciencia y el conocimiento y se definen las rutas de la ciencia. De modo que también estar en ese contexto dice mucho de la dimensión humana de las cosas. La capacidad del artista, en ese sentido, es que el artista con sus preguntas es capaz de llevar al científico a lugares a los que no están habituados. Por ejemplo, un artista con su experiencia profesional del preguntarse y maravillarse ante las cosas es capaz de llevar al científico a preguntar- se cosas que nunca se plantea en su trabajo. P.35 Nº12 2018 / P.P.

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