Palabra Pública - N°11 2018 - Universidad de Chile

nos como el cuestionamiento a la corrupción o la emergencia de nuevos movimientos y partidos políticos, se han reducido los enclaves? Mire, yo quisiera atenerme un poco a una cier- ta definición, a un cierto concepto para no hacernos trampa. Cuando yo hablaba de enclaves autoritarios, de lo que hablaba fundamentalmente era de aquellos componentes propios de un régimen dictatorial o au- toritario que se trasladan al régimen democrático y que restringen la capacidad democrática. Enclaves son aquellos elementos del régimen dictatorial que se per- petuán en el régimen democrático e impiden la plena expresión de la soberanía o la expresión popular. Dicho eso, los enclaves autoritarios pueden ser institucionales, como una Constitución, o, por ejemplo, ético-simbó- licos, como la impunidad de los actores que perpetra- ron violaciones a los derechos humanos. También hay enclaves actorales, que representan a los actores de la dictadura que aún viven en la democracia buscando una regresión autoritaria, como el núcleo militar o el pinochetismo político. ¿Y se ha logrado reducir esos enclaves en los úl- timos años? Si uno toma el enclave ético-simbólico, ahí uno diría que hay una parte importante de lo que se ha logrado que ha sido obra de los movimientos de derechos hu- manos, fundamentalmente los movimientos que repre- sentan a las víctimas, como la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos o las comisiones de dere- chos humanos. Es evidente que ahí ha habido un papel importante de los movimientos sociales, pero no hemos superado el tema constitucional y ese es el central. En ese punto, a mi juicio, los movimientos sociales han sido más bien débiles, el tema constitucional ha sido uno que han mantenido sobre todo los actores políticos y a veces “La amenaza de regresión autoritaria fue usada a pesar de que cualquier persona con un mínimo de cultura y de estudio de las transiciones en el mundo sabía que el 5 de octubre se acabó la posibilidad de regresión autoritaria. Puede haber habido boinazos, movimientos y amenazas, pero no había ninguna posibilidad de regresión autoritaria y eso lo sabían todos, pero convenía decir que estábamos bajo presión y bajo amenaza autoritaria”. P.48 P.P. / Nº11 2018 / Dossier

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