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RECONSTRUYENDO

EL SISTEMA

PÚBLICO DE

REPARTO EN CHILE

Las recientes manifestaciones masivas han confirmado que

los chilenos están en contra del actual sistema de pensiones

y, además, que el alto nivel de rechazo a las AFP requiere una

solución decisiva. Tal solución fue presentada en la alternati-

va que ofrecí a través de la Propuesta Global C, publicada en

el Reporte Final de la Comisión Bravo.

Ésta plantea terminar con el sistema de AFP y reemplazarlo

con un modelo reconstruido y público de reparto, basado

en la solidaridad intergeneracional, en donde todas las con-

tribuciones de los trabajadores sean usadas para financiar las

actuales pensiones. La solución no sólo es deseable desde un

punto de vista social, sino que también es realizable desde

una perspectiva económica y financiera.

La Propuesta Global C se basa en un modelo completo y ri-

guroso de proyección desarrollado por el Centro de Estudios

Nacionales de Desarrollo Alternativo (CENDA). Ésta asu-

me que todos los afiliados al actual sistema de Aseguradoras

de Fondos de Pensiones son transferidos a un nuevo mode-

lo de reparto, con sus contribuciones y fondos, a cambio de

mejores pensiones, no discriminatorias y claras para toda la

vida. El monto total de las contribuciones sería usado como

un fondo de ingresos públicos con el fin de pagar pensiones

contributivas sin un subsidio estatal de por medio. La edad

de jubilación efectiva (actualmente estimada en 70 años) se

reduciría a un límite legal (65, 60 años), que luego no sería

modificado. En promedio, los beneficios de jubilación au-

mentarían entre un 75% y 100%. Las tasas de contribución

no aumentarían hasta el 2035 y luego crecerían en 25%. No

sería necesario implementar impuestos adicionales. Al con-

trario, los subsidios directos e indirectos se acabarían inme-

diatamente, puesto que se generarán anualmente ahorros fis-

cales del orden del 1,8% del Producto Interno Bruto (PIB).

Los sistemas públicos de reparto operan en casi el 90% de

los países, incluyendo aquellos altamente desarrollados e in-

dustrializados, donde son un elemento clave de la seguridad

social. El de reparto es un sistema único capaz de entregar a

los jubilados la seguridad necesaria. Al mismo tiempo, es la

forma más barata y fácil de ajustarse a las condiciones eco-

nómicas y demográficas. El sistema de reparto no puede co-

lapsar porque eso significaría que el Estado dejaría de existir.

Los partidarios de un mercado basado en la capitalización de

pensiones solían asustar a las personas con tendencias demo-

gráficas asociadas al envejecimiento para disuadirlos de la im-

plementación de sistemas tradicionales de seguridad social y

atraerlos hacia sus “productos de pensión financiera”. Lo que

intentan es esconder el hecho de que una sociedad que enve-

jece afecta las estrategias de capitalización de la misma manera

que un sistema de reparto, ya que sólo aquellos que trabajan

son capaces de mantener a aquellos que no. Sólo los trabajado-

res activos pueden producir comida, energía, cuidado médico

y el resto de los bienes y servicios que los jubilados necesitan

Columna

POR LEOKADIA OREZIAK

Académica de la Escuela de Economía de Varsovia

Ex integrante de la Comisión Bravo

P.10

P.P. / Nº2 2016