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PENSIONES:

LA IMPORTANCIA

DE INVERTIR BIEN

POR NICOLÁS GRAU

El sistema de pensiones chileno tiene, en mi opinión, dos

importantes falencias. Por un lado, entrega pensiones bajas y

muy desiguales. Por otro, las decisiones de inversión de los

fondos sólo están guiadas por su rentabilidad privada, lo que

representa una oportunidad desperdiciada para el desarrollo

de nuestra economía y sociedad.

Aquí me concentro en el segundo problema. En particular,

defiendo un sistema de ahorro previsional que además de

considerar un fuerte componente de solidaridad intra e in-

tergeneracional, exprese de mejor manera los intereses de los

cotizantes en las decisiones de inversión. Esto, porque si bien

desde un punto de vista individual puede ser razonable inver-

tir nuestros ahorros según su rentabilidad privada, éste no es

el mejor criterio bajo una mirada sistémica. Esta perspectiva

resulta especialmente pertinente dado el total acumulado en

nuestros fondos: 170 mil millones de dólares (70% del PIB).

Otros criterios

Cualquier sistema de pensiones va a estar condicionado por

la estructura salarial del país. Sin embargo, es un error pensar

que el promedio y la desigualdad salarial son independientes

de la forma en que se inviertan las pensiones.

A este respecto, es posible pensar nuevos criterios de inver-

sión que, al mejorar los sueldos, mejoren también las pen-

siones. Por ejemplo, además de considerar la rentabilidad de

las empresas, la inversión de los fondos previsionales debería

tener en cuenta la fracción de sus ingresos que se paga en

salarios y así no incentivar a las empresas a tratar de pagar

los salarios más bajos posibles para aumentar su rentabilidad.

También se deberían considerar indicadores de desigualdad

salarial al interior de la empresa, en particular, la razón sala-

rios mujer/ salarios hombre.

También sería pertinente incluir otros criterios de inversión

que consideren importantes externalidades. Por ejemplo, la

inversión debería tener un sesgo hacia las empresas que tie-

nen bajos niveles de contaminación y políticas de sustentabi-

lidad. Si la contaminación la sufrimos todos, no deberíamos

incentivarla con nuestros ahorros.

A su vez, una política distinta de inversión podría fortalecer

nuestra democracia. Para ilustrarlo basta recordar el debate

tributario al comienzo de este Gobierno, marcado por la

efectiva amenaza de que la inversión se iría a otros países.

Paradójicamente, en el esquema actual no hay razón algu-

na para que nuestros fondos de pensiones no sigan la mis-

ma dinámica, tensionando nuestra democracia del mismo

modo que lo haría el capital de cualquier privado al buscar

Columna

Académico de la Facultad de Economía y Negocios

de la U. de Chile. Investigador adjunto del Centro de

Estudios para el Conflicto y la Cohesión Social.

P.8

P.P. / Nº2 2016