Integración de Chile al Mercosur: escenarios y perspectivas

La quinta categoría fue la última en constituirse dentro del proceso de negociación por su mayor dificultad al referirse a determinados productos agrícolas sensibles. Se denomina Tratamiento Particular Fuera de Categoría. Por ejemplo, para el azúcar, la desgravación comienza el año once y termina el año dieciséis; para el trigo y la harina de trigo, la desgravación comienza el año once y termina el año dieciocho. En conclusión, se posterga la liberalización de la agricultura a favor de Mercosur y se da paso a una liberalización muy gradual por un largo período de tiempo. El riesgo es que durante los dieciocho años que enmarcan esta liberalización del sector agrícola puedan surgir nuevas formas de proteccionismo. El mundo está cambiando, por lo que cada día los países descubren formas más sofisticadas de proteccionismo, como lo son el antidumping y las salvaguardias. Se pueden encontrar muchas maneras ingeniosas de impedir a los chilenos consumir alimentos más baratos. Personalmente, me inclino a favor del Acuerdo, pero no del ingreso de Chile al Mercosur, sino solamente de la asociación. Una de las grandes ventajas del Acuerdo con Mercosur en el tema agrícola es justamente que le otorga a Chile el potencial de acceso a alimentos más baratos. Los países del Mercosur son mundialmente competitivos en materia de alimentos como la carne, el azúcar, las oleaginosas, el trigo, el maíz y también los productos lácteos. El efecto descrito en la hipótesis inicial es el abaratamiento de los alimentos, lo cual beneficia a todos los chilenos, en particular a los más pobres. En cambio la protección los perjudica y beneficia a los productores, quienes representan una proporción reducida de la población chilena. Entre los productores favorecidos por la protección a la agricultura hay dos grupos, uno relativamente numeroso de agricultores pequeños y pobres que poseen reducidas cantidades de tierra, y otro grupo de grandes agricultores. Por supuesto, existe un continuo y no es fácil diferenciar, pero sí se puede hacer. Observando estas diferencias, la política apropiada es desgravar el comercio agrícola con Mercosur lo antes posible, protegiendo a los agricultores pequeños con un paquete de medidas para que se ajusten a la baja de precios. Dichas medidas debiesen incluir asistencia técnica para mejorar la productividad y para allegarles los recursos financieros que van a necesitar para bajar sus costos, reconvertirse a otros productos en los que puedan ser competitivos o simplemente dejar la agricultura. Incluso puede compensárseles con políticas de mantención de ingresos por períodos estrictamente definidos de antemano. Respecto a los 150.000 chilenos que trabajan en este sector (15% de la fuerza de trabajo) se produce un efecto que debemos enfrentar como sociedad, pero no a través del proteccionismo, sino con políticas serias y profundas que vayan directamente al problema. Los grandes agricultores no necesitan apoyo de programas estatales para adaptarse a las nuevas condiciones de competencia de los mercados agrícolas como consecuencia de la desgravación a favor de Mercosur, debido a que cuentan con los recursos para enfrentar este tipo de cambios. Una práctica, particularmente nociva desde el punto de vista económico, son los Cupos Arancelarios Abiertos para los Bienes Agrícolas. Existe un volumen determinado de importaciones de carne que goza de una preferencia arancelaria del 30% yesos cupos van en aumento con el tiempo. En esta conferencia se ha atacado el hecho de que existe fraude y estos cupos estarían siendo vulnerados por importadores interesados en acceder a la carne proveniente del Mercosur a precios 53

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