Nuevas perspectivas de la integración latinoamericana: volumen 4

l N.T RO D U C Cl o N R. Barros Chatrlin 1. Para nadie es un misterio que los procesos de integración econó– mica que se han desarrollado en América Latina no han constituido un aporte sustancial al desarrollo del área y han producido, en ma– yor o menor medida, una frustración indiscutible. Ello no quiere decir que la forma de encarar el desafío histórico a que se encuentra sometida América Latina deba ser una tarea aislada de cada nación. Muy por el contrario, la experiencia indica que debemos movilizar la imaginación con criterio realista para en– hebrar nuevas expresiones de solidaridad regional. En este sentido, no resulta ni moral ni conveniente destruir creencias o posibilidades si no podemos ofrecer alternativas mejores. En todo caso, sea cual fuere la realidad que ofrecen los procesos de integración, hay algunos hechos incuestionables que permiten proyectar a América Latina como una comunidad de intereses y de necesidades. Según estadísticas de ]976, las exportacion::s de los latinoamericanos dentro de la región en relación a sus exportacio~ nes totales significaron para Argentina, por ejemplo, un 25,2%;pa– ra Bolivia, un 32,71%; para Chile, un 28,3%; para Uruguay, un 22,7%; para Paraguay, un 22,7'%. Ahora bien, si observamos la com– posición de dichas exportaciones in trazonales, podemos deducir que se trata de corrientes comerciales de productos con alto valor agre· gado dentro del panorama de subdesarrollo de América Latina. Tam– bién eligiendo 1976 como fecha de comparación, se percibe que un 27,3% de los productos comerciados en el área son alimentos, bebidas y tabaco; sólo un 10,7% materias primas; un 14,8% combustibles y lubricantes; un 6,3% productos químicos; un ]9,6% maquinaria y material de transporte, y un 21,3% manufacturas diven.as 1 . 1 Estadísticas de la publicación de INTAL: "El proceso de integración en Amé· rica Latina en 1976". Instituto para la Integración de América Latina. Banco Interamericano de Desarrollo.