Materia y memoria: tesoros patrimoniales de la Universidad de Chile

Insectum vile, minuta animalia Los insectos son pequeñas maquinarias que se adap- tan a todos los hábitat. Más de dos tercios de todos los seres vivos conocidos son insectos, y su aparición sobre la tierra se remonta a unos cuatrocientos mi- llones de años. Seres paradójicos, al decir de Jules Mi- chelet, provocan admiración y temor al mismo tiem- po, simbolizan tanto la buena como la mala suerte, despiertan fobias incontrolables y pasiones sublimes, han alimentado la imaginería de lo inquietante en los cuentos tradicionales y del terror en la ciencia fic- ción. Estos pequeños animales merecen un poco más de nuestra atención. Han estado antes que nosotros sobre la tierra y lo seguirán estando incluso luego de una catástrofe nuclear, y su natural capacidad de cambio -sobre sí mismos y frente al medio- podrían enseñarnos algo sobre la mutación permanente bajo sólidas formas. Insecto es el nombre genérico que se da a todo anima- lito pequeño. En 1734 aparece como lema en el diccio- nario de la Real Academia de la Lengua, donde se se- ñala que algunos los llamaban“imperfectos”. La extra- ñeza de sus formas confunde el punto de vista. No es casual entonces que el nombre vulgar con el que so- lemos designar a los insectos sea el de “bicho”, térmi- no que insiste en la paradoja de sus formas. ‘Bicho’ se decía de ciertas figuras de hombres, o bestias, que se remataban de medio cuerpo abajo “cuando se fingen enteras en otra forma de la que tuvieron al principio, como también se dice bicho ‘a la persona que es de fi- gura ridícula’” (RAE, 1726). Oreste Plath señalaba que, en nuestra habla popular, la graficación con animales es abundante, aunque no de forma predominante la que refiere a los insectos. Enfatizamos la extrañeza y lo despectivo con expresiones como ¿Quién es este bi- cho?, ¡Pobre bicho! ¿Quién es este bicharraco? Bicho es la persona molesta y también el cómplice. La vileza y la rareza del insecto potencian el desprecio, mientras que su pequeño tamaño enriquece el lenguaje amoro- so: bichito y bichito lindo . En nuestra jerga, gran parte de los insectos representan una molesta insistencia, como la de moscardones,“pololos” y pulgas, una insis- tencia heroica como la de las chicharras, y enferman- te como la de chinches y ladillas. Para los mapuche el espíritu de los difuntos se manifiesta en la forma de moscos y moscardones, y en el mundo mestizo chi- leno se cree que anuncian la llegada de un visitante cuando entran en una habitación. Los entomólogos señalan que los insectos chilenos por lo general son poco llamativos, pero interesantes por su particularidad, que se origina de la gran canti- dad de barreras naturales que deben sortear. Tienen similitudes curiosas con la fauna de Australia y Nueva Zelanda. Podríamos decir entonces, que como noso- tros, son aguerridos, algo “fomes” e insulares. Dentro de las particularidades destaca el que las ma- riposas chilenas tengan entre sus hábitos el moverse de flor en flor, cuestión curiosa ya que la mayor parte de las mariposas del mundo tienden a revolotear en torno a conjuntos de desechos. Entre ellas, la maripo- sa endémica más grande de Chile -que una vez con- vertida en adulta logra alcanzar unos 13 cm.- aumenta su singularidad el haber escogido desarrollarse en los bosques de Chagual ( Puya berteroniana ) casi extintos en la zona norte y central del país. Por eso es conocida como la Mariposa del Chagual. Insecto paradójico: la hembra luego de aparearse, deposita sus huevos en la base de esta planta, y sus larvas se alimentan de ella hasta secarla. 292

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