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JDC como sucesor de Ramírez, pero profundamente equivocados en las opciones
concretas que adoptaron.
La Estrategia de Dividir la DC en Plena Acción
Elegido Allende por el Congreso Pleno, el partido eligió una nueva directiva. En esa
Junta Nacional, Benjamín Prado, entonces Presidente del PDC, incluyó en su cuenta
las opciones que la JDC había planteado en el documento de septiembre. El
Presidente elegido, Narciso Irureta, hombre leal, franco y generoso, concurrió a La
Moneda y le pidió a Allende algo insólito. Le dijo: “Presidente, ayúdenos a ser
allendistas”. Pero ni Allende ni la UP querían un acuerdo con toda la DC. Querían
nuestra división. La falta de perspectiva histórica y los afanes totalitarios de
importantes fuerzas de la UP, coincidieron en aplicar una estrategia para dividirnos
y hacernos desaparecer como alternativa. Mas allá de los múltiples documentos que
acreditan la voluntad de la UP de excluirnos de toda alianza, recuerdo una reunión
sostenida por Pedro Felipe Ramírez, siendo Presidente de la JDC en 1971. Él nos
informó que venía de reunirse con una serie de dirigentes de la UP y que la
conclusión estaba en las palabras pronunciadas por el diputado radical, ya fallecido,
Carlos Morales: “ningún acuerdo con ustedes hasta que no se dividan”.
Pedro y otros amigos se tomaron esto en serio y dejaron el PDC creando la
Izquierda Cristiana (IC.) Esta división era distinta a la del Mapu, que había sido
ideológica, ya que Ambrosio, Enrique Correa, Juan Enrique Vega y otros, se habían
convertido en marxistas leninistas. La Izquierda Cristiana, por el contrario, fue una
expresión de angustia de algunas personas honestas y de simple oportunismo de
otros. He mantenido una sólida amistad con muchos que se fueron al Mapu o a la IC
y discutimos fuertemente lo que ello implicaba. Comprendí mejor a los primeros,
porque la abrumadora mayoría de ellos se iba porque no sólo habían dejado de ser
DC, sino porque eran decididamente marxistas leninistas. Hasta hoy, algunos de
ellos se declaran marxistas, aunque hay otros que se convirtieron en liberales.
Los de la IC seguían siendo cristianos, y hubo contradicciones manifiestas ya que,
los que se iban, afirmaron que no iban a entrar al Gobierno de Allende, sino que se
irían a construir la oposición cristiana y popular. Eso no ocurrió así. Alberto Jerez,
Jacques Chonchol, Julio Silva Solar y Rafael Agustín Gumucio, entre otros que
abandonaron el Mapu para ingresar a la IC, no eran marxistas, menos leninistas.
Habían roto con la DC, después de tantos años sirviendo esa causa con gran lealtad
y cariño. Se incorporaron a la UP y no estaban dispuestos a abandonar a Allende.
Eso lo sabían los autores intelectuales del quiebre de la DC en 1971 y así lo
comprobaron dolorosamente sorprendidos muchos militantes DC que les
acompañaron. Pero esa decisión de entrar al Gobierno que hasta hace poco
criticaban, favoreció la vuelta inmediata de muchos y la frustración de otros que se
marginaron de la política.
Otra diferencia, es que el Mapu se fue de la DC cuando el partido estaba en el
Gobierno, lo que significaba dejar oportunidades de poder, y eso tiene un valor
especial. En la Izquierda Cristiana hubo personas que tomaron esa decisión por
razones políticas y unos pocos para solucionar problemas monetarios. No me parece
pertinente dar nombres, pero como yo era el funcionario administrativo, grado 32
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