Página 40 - La democracia cristiana y el gobierno de Allende

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responsables de la guerra civil. Así salió el Estatuto”, dijo Allende. Agregó que no
habían cedido ninguna línea de su programa y proclamó, en el órgano de la ultra
izquierda, que se había tratado de una necesidad táctica, lo que le quitaba toda
significación estratégica y, peor aún, de principios. Pero lo más relevante, fue la
incapacidad de Allende de entender las motivaciones de fondo que había tenido la
DC. Ninguno de nosotros actuó por miedo a la guerra civil, esgrimida como una
amenaza permanente por el propio Allende y la mayoría de la UP.
Las Opciones de Allende
En un discurso que me tocó pronunciar a nombre de la JDC en un acto organizado
en el Cine Normandie el 25 de Agosto de 1971, al que asistieron las más altas
autoridades del partido, incluyendo a Eduardo Frei y Radomiro Tomic, recordé un
documento de la JDC publicado en septiembre de 1970. Dijimos entonces: “El
Gobierno de Allende puede tomar tres caminos posibles: el de la Revolución
Democrática, el de la Revolución Totalitaria o el de la indefinición. La UP ha
declarado que su camino es la revolución democrática. Pero sin duda, dentro de la
UP existen sectores de significación que no sólo tienen una concepción ideológica de
carácter totalitario, sino que también postulan para el Gobierno de Allende el
camino totalitario. Por su parte, el MIR, que no compone la UP, tiene vinculaciones
estrechas con estos sectores y tratará sin duda de crear hechos políticos que
tiendan a acercar al Gobierno de Allende a formas totalitarias. Desde otro lado
operarán también los sectores de derechas que a través de actitudes boicoteadoras
o de carácter golpista, crearán situaciones que el Gobierno de Allende se verá
obligado a enfrentar”.
“No seremos nosotros –decíamos en septiembre de 1970– quienes permitamos que
tales situaciones las enfrente a través de métodos totalitarios, pero a no dudar que
tales actitudes de la derecha contribuyen poderosamente a fortalecer la estrategia
de los sectores de ultra izquierda y viceversa, agregamos hoy nosotros. Hasta hoy,
septiembre 70, Allende se ha manejado tratando de no crearse problemas con estos
sectores de ultra izquierda. Pero las responsabilidades de Gobierno agudizarán las
contradicciones internas y se verá en la obligación de optar. Si elude la opción,
habrá elegido el camino de la indefinición y entonces sus perspectivas de éxito se
habrán reducido al mínimo. Si opta por el camino totalitario, se expone a terminar
bruscamente su Gobierno bajo la fuerza de un golpe de Estado, siendo sus
perspectivas, de ganar, las de enfrentar con éxito una cruenta guerra civil. Si opta
por el camino de la revolución democrática, Chile puede esperar avances
extraordinariamente significativos de su Gobierno, pero para ello Allende tendrá que
aceptar el duro precio de tener que enfrentar a los sectores de ultra izquierda que
están dentro y fuera de la UP”. Estas citas son de un documento oficial de la JDC de
septiembre de 1970, época en que el Presidente era el diputado Pedro Felipe
Ramírez y el primer vicepresidente Antonio Cavalla Rojas.41. Al releer el documento
citado, debo declarar una vez más que Bernardo Leihgton tuvo mucha razón al
denominar a estos dirigentes como académicos de la política. Brillantes analistas,
los ya citados, más Luis Maira y Luis Badilla, éste último elegido presidente de la
41 Los dos dirigentes aludidos se fueron a la IC en 1971.