Página 32 - La democracia cristiana y el gobierno de Allende

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Así actuaban algunos integrantes del grupo rebelde, el de cuadros, el que asumió el
marxismo leninismo como doctrina, que tenía un líder que se consideraba el más
auténtico y riguroso marxista leninista chileno, Rodrigo Ambrosio. El mismo que
describía a Salvador Allende como “la rémora socialdemócrata del socialismo
chileno”, en la revista Documentación.
Candidatura DC y Propuesta de Segunda Vuelta Presidencial
Rechazada la fórmula unitaria por la izquierda, la DC lanzó a Tomic como candidato,
con un programa más serio, coherente y amplio que el de Allende y manteniendo su
visión estratégica, con la formulación de la propuesta que buscaba galvanizar la
unidad social y política del pueblo. Esta convicción nos hizo proponer varias
iniciativas que mantuvieran los cauces abiertos. Entre ellas recuerdo nuestra
propuesta para modificar la Constitución y permitir la segunda vuelta electoral. En
esa línea estuvieron también Rafael A. Gumucio y Alberto Jerez.
Les ruego no pasar por alto que con esta propuesta, la DC renunciaba a ejercer su
decisivo papel en el Congreso, ya que las normas vigentes indicaban que, en caso
de no obtener un candidato la mayoría absoluta, el Congreso Nacional debía escoger
entre las dos más altas mayorías. Nuestro partido renunciaba a usar ese
instrumento legítimo para negociar democráticamente y lo trasladaba al más
calificado interlocutor: el pueblo chileno.
Invito a los interesados a revisar los diarios de la época para ver la casi histérica
reacción de la derecha y de la UP. El Comando Alessandrista publicó avisos
afirmando que el que ganara por un voto era Presidente de Chile. La izquierda, con
las excepciones señaladas, rechazó tajantemente la propuesta. Está en los medios
de comunicación de la época. Lo que allí no aparece es que tuvimos un encuentro
antes de la elección, la directiva de la JDC, que yo integraba, con la Directiva de las
Juventudes Comunistas, que eran dirigidas por Gladys Marín.39 Ella nos dijo que no
aceptarían esa iniciativa porque en caso de haber segunda vuelta, la derecha
respaldaría a Tomic y la mayoría de la votación DC se iría a la derecha y no a
Allende, en el caso de que Tomic llegara tercero. Yo creía que la proporción que
respaldaría a Allende sería suficiente para ganar. Pero son cuestiones opinables.
Lo que sí me llamaba la atención era que Gladys Marín y otros dirigentes de la UP
nos acusaban de fascistas y de no representar las bases DC que, según ellos,
querían apoyar la marcha del gobierno de Allende.
La propuesta DC asustó tanto a la derecha, que inició una campaña denunciando un
pacto secreto entre nosotros y la UP para apoyarnos recíprocamente. Como
siempre, de haber existido tal acuerdo, lo habríamos dicho públicamente. Pero la
influencia de los medios de derecha hizo que algunos militantes DC exigieran aclarar
el supuesto e inexistente pacto. La evidente buena fe y claridad con que se enfrentó
el tema, redujo el conflicto artificial que la derecha quería estimular. Durante la
39 Pocos días antes de imprimirse este texto, hemos conocido la gravedad de la enfermedad
que aflige a esta destacada dirigente del PC, de quién se puede estar en completo
desacuerdo con su pensamiento, cómo es mi caso, y, sin embargo, apreciar su
consecuencia.